EL FUTURO DEL GOBERNADOR SERGIO SALOMÓN
Arturo Luna Silva
No cesan las especulaciones en torno al futuro político del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina.
Como es normal, corren las apuestas y cada día surgen nuevas quinielas -unas más audaces que otras- sobre la posición que, juran, ocupará en el gobierno de Claudia Sheinbaum, quien toma posesión el próximo uno de octubre.
Hay quien, bola de cristal de por medio, ha llegado a afirmar que dejará el gobierno del estado “tirado”.
Trunco.
Inconcluso, pues.
Y que ello implicará que haya un nuevo gobernador.
Un gobernador interino.
Con todas las consecuencias legales, políticas y administrativas del caso.
Con toda la inestabilidad, y el ruido, y el caos, y la incertidumbre para una Puebla que viene precisamente de un largo invierno lleno de inestabilidad, y ruido, y caos, e incertidumbre, por la muerte de una gobernadora (Martha Erika Alonso) y un gobernador (Miguel Barbosa Huerta).
En cafés, restaurantes, pasillos y oficinas se afirma:
“Sergio Salomón se va, ya está decidido”.
“Por eso están acelerando la transición y el proceso de entrega-recepción”.
“Por eso el lunes el gobernador electo, Alejandro Armenta, anunciará un primer bloque de su gabinete”.
Nada más falso.
Nada más errado.
Sólo quien no conoce a Sergio Salomón es capaz de asegurarlo.
Ciertamente, es altamente probable que en estos días reciba -si no es que ya recibió- una invitación de la virtual presidenta electa de México para ocupar una cartera de importancia dentro del próximo gobierno federal.
Guarda una estupenda relación con ella, lo valora como persona, como administrador y como profesional de la política, y -por si fuera poco- entregó excelentes cuentas el pasado 2 de junio.
De hecho, la noticia -la verdadera noticia- sería que no fuera invitado.
Se dice que va a una Secretaría de Estado.
Se especula -y mucho- con que sería nombrado titular (comisionado) del Instituto Nacional de Migración, aunque el perfil de policía no es precisamente el de Sergio Salomón.
Se habla que llegaría a la dirección de alguno de los más de 200 organismos públicos descentralizados de la administración.
Sin embargo, sea lo que sea, Sergio Salomón terminará su periodo constitucional de gobierno.
Reitero: sólo quien no lo conoce, desconoce su alto sentido de la responsabilidad.
Es un gobernador cuidadoso, al extremo, de las formas -que, a pesar de la degradación de la política que vivimos, siguen siendo fondo-.
A diferencia de muchos gobernantes, tiene claro el concepto de Estado -en el sentido literal del término-.
Y nunca metería a Puebla en una nueva espiral de incertidumbre o encono.
Y menos, mucho menos por una ambición o meta personal.
En el caso de que Claudia Sheinbaum lo designara, por decir algo, director de Caminos y Puentes Federales (Capufe) o -por decir otra- de la Lotería Nacional, no tendría forzosamente que abandonar la gubernatura, que debe entregar a Alejandro Armenta en diciembre.
Con dejar al actual titular de ese organismo por espacio de dos meses o nombrar a un encargado de despacho hasta que Sergio Salomón termine su gestión, basta y sobra.
Que nadie se equivoque ni -como diría el clásico- se haga bolas.
No, no habrá oootro gobernador en el estado de Puebla.
Sergio Salomón llegará hasta el último segundo del último día de su mandato como tal.
Tiene mucha tarea pendiente.
Y en especial mucha obra importante que entregar para cerrar con broche de oro su gobierno.
Ciudad Universitaria 2 de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
El Campus del Instituto Politécnico Nacional (IPN)
El nuevo Hospital de Zona “San Alejandro” del IMSS.
El nuevo edificio sede del Congreso del estado.
El Bulevar Atlixcáyotl.
La Línea 4 de la RUTA
La Central Camionera del Sur.
El nuevo Distribuidor Vial Amalucan.
Y otras más.
IGNACIO MIER: LA NUEVA TRAICIÓN
¿Qué trama el senador electo Ignacio Mier Velazco?
¿Qué nueva traición trabaja?
¿Qué estrategia diseña el político de los finos -muy finos- modales?
¿Por qué en días pasados convocó en privado a presidentes municipales electos por partidos que no son Morena?
¿De qué se habló en voz bajita -muy bajita- en la Torre Titanium?
¿Qué les pidió?
¿A cambio de qué?
¿Por qué?
¿Asistentes?
Dos, entre varios:
Eduardo Velázquez Medina, Atzitzintla, del PAN-PRI-PRD.
Uruviel González Vyeria, Ciudad Serdán, de Movimiento Ciudadano.
Ignacio Mier, el de la campaña de brazos caídos -muy caídos-, ya traicionó una vez.
Pero, queda claro -muy claro-, volverá a traicionar.
Es su naturaleza.
Porque en su caso, el músculo descansa mientras la ambición trabaja.
¿O cómo era?