En los próximos días se hará oficial otro nombramiento sumamente importante en el gabinete del alcalde electo, José Chedraui Budib.
Se trata de la persona que ocupará la Secretaría General del Ayuntamiento capitalino.
Sin duda, una posición clave en el organigrama de la administración pública municipal.
Así como sucedió con el caso del futuro secretario de Seguridad Pública, Fernando Rosales Solís -tema ya ampliamente comentado aquí-, esta designación implicará un poderoso mensaje.
Un mensaje que debe saber leerse.
Y es que también contará con todo el respaldo del gobernador electo, Alejandro Armenta Mier, quien ha dado luz verde.
Lo que, en consecuencia, permitirá llegar a una conclusión muy relevante: a pesar de los agoreros del desastre, y de las aves carroñeras que pululan en el espacio poblano, entre Alejandro Armenta y José Chedraui hay plena coordinación.
Coordinación que no significa control ni subordinación.
Y es que en ambos hay realmente la voluntad política de hacer equipo; de sumar y convivir en beneficio de Puebla.
Es decir: de acabar con los eternos -y muy perjudiciales- pleitos entre el gobernador y el presidente municipal en turno.
Peleas, intrigas, guerras sucias, golpes bajos… que nada bueno han dejado.
Sólo atraso, rencores, venganzas y problemas, que han terminando pagando los ciudadanos.
Tal voluntad ya se demostró con la designación de Fernando Rosales Solís al frente de la SSP municipal.
Pero por si aún alguien tiene dudas, se reiterará en el momento que se dé a conocer que Justino Joaquín Espidio Camarillo es el perfil elegido para la Secretaría General del gobierno municipal.
Espidio Camarillo es médico cirujano y partero de profesión.
Se desempeñó como coordinador del Programa de Estancias Infantiles de la delegación Puebla de la (extinta) Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
Fue jefe de Servicios Médicos de la Dirección General de Tránsito del gobierno del estado.
También, miembro del Consejo Técnico de la Universidad Cuauhtémoc, secretario general del Exterior del Comité Sindical de la Sección I del Sindicato del IMSS en Puebla y secretario general del Comité Municipal de la CNOP.
Asimismo, fue diputado local suplente por el distrito IV.
El nombramiento de Justino Joaquín Espidio Camarillo es decisión de José Chedraui, pero una decisión que cuenta con todo el aval de Alejandro Armenta.
Y así será en la mayoría de las posiciones importantes del futuro gabinete municipal.
Hay comunicación, hay trabajo conjunto, hay acuerdos, hay buen ánimo…
Y sobre todo, hay respeto.
Por supuesto que no faltan ni faltarán quienes los quieren ver pelear.
Aquellos que practican lo de “a río revuelto, ganancia de pescadores”.
Los mismos que hacen todo lo posible para que se enemisten.
Y sí. Seguramente, ya en el ejercicio del poder, surgirán tensiones.
Diferencias de criterio y conflictos.
Pero, al menos por el momento, tanto Armenta como Chedraui han entendido su momento histórico, su respectiva circunstancia, y han actuado en consecuencia.
Porque no todos los días es posible que la Presidencia de la República, la gubernatura y la alcaldía de Puebla estén encabezadas por políticos del mismo partido.
Y deben aprovecharlo.
José Chedraui sabe que el próximo gobernador es y será el número 1 en el estado y Alejandro Armenta entiende que su papel no es sino apoyar al próximo presidente municipal capitalino.
Sí, es simple: coordinación sin subordinación.