ALEJANDRO ARMENTA Y EL PRIMER CÍRCULO DE LA 4T NACIONAL
Arturo Luna Silva
De manera natural, el gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta Mier, ha sido incluido en el círculo de confianza de la presidenta Claudia Sheinbaum y de la Cuarta Transformación (4T).
Desde la campaña, destacó como uno de los candidatos más confiables de la entonces abanderada a Palacio Nacional.
Los 2 millones de votos que ella consiguió en el estado de Puebla fueron producto, por supuesto, del buen trabajo que ha venido realizando Sergio Salomón Céspedes Peregrina en la gubernatura, pero también tuvieron que ver con la fuerza que como abanderado de Morena y sus partidos aliados tuvo Armenta.
El pasado sábado rindió protesta Clara Brugada Molina como jefa de gobierno de la capital del país.
Ella y los suyos son el grupo más duro y crítico interno en el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Son tan duros y tan puristas con el origen de sus ahora correligionarios, que incluso durante la contienda constitucional hay quien vio diferencias de Clara Brugada y su equipo político con la misma Sheinbaum, quien tenía como favorito para el gobierno de la CDMX a Omar García Harfuch.
Ese grupo de morenistas puros de la Ciudad de México es el mayor termómetro interno del partido.
Vetan y relegan, si no les complace algún camarada u otra corriente interna de Morena.
Sin embargo, ese equipo de los más duros ha cobijado muy bien a Alejandro Armenta.
Brugada misma y el gobernador electo son conscientes de la simbiosis que tiene que haber entre las dos entidades.
La conexión social y económica, así como la dinámica natural entre las dos ciudades, es basta.
Puebla y CDMX comparten innumerables problemas comunes.
La coordinación entre los dos gobiernos será por eso indispensable.
En el tema de la seguridad pública, por ejemplo, urge que haya acciones contundentes.
La autopista México-Puebla después de las 19:00 horas, ya cuando ha caído la noche, es una ruta muy peligrosa.
No solamente para los transportistas, sino también para los automovilistas, quienes literalmente se juegan la vida.
Hay decenas de historias de asaltos y hasta de secuestros exprés que ahí se han dado, en los últimos meses.
Alejandro Armenta, en entrevista afuera del Congreso de la Ciudad de México, tras la rendición de protesta de Brugada, puso énfasis en el tema.
Habló de la coordinación que habrá en seguridad pública con el gobierno de Clara Brugada.
Ese es solo un ejemplo.
En lo político, también hay que destacar la buena relación que tiene el poblano con el grupo de Brugada.
Ellos y ellas se perciben como los verdaderos herederos del lopezbradorismo.
Los químicamente puros.
Los “sin-pecado-original”.
Si tienen razón o no, ese es otro debate.
En ese grupo de “los duros”, por ejemplo, está Martí Batres Guadarrama, quien quedó como jefe de gobierno tras la licencia definitiva de Sheinbaum a ese cargo.
Son muy celosos de a quién admiten.
El grupo tiene bancadas muy sólidas en la Cámara de Diputados y en el Senado.
También posiciones clave en el Comité Ejecutivo Nacional y en Comités Estatales.
Por supuesto controlan el Congreso de la capital del país.
Y han dado muchas muestras de que tienen reconocimiento, respeto e inclusión con Alejandro Armenta.
El poblano tiene casi 8 años en el movimiento que fundó Andrés Manuel López Obrador.
Ha sido además, como senador y como candidato a la gubernatura, un sólido representante de la 4T.
A pesar de su origen priista, es hoy considerado uno de los mandatarios electos más morenistas.
De ahí que se vaya a dar con mucha naturalidad la relación institucional y la colaboración con el Gobierno de la Ciudad de México.
A ello hay que sumar que, por descontada, está la excelente relación que tiene con la presidenta.
Cumplió en la campaña.
Y lo hizo con creces.
La confianza en el próximo gobernador del estado es sólida.
Y eso es una buena noticia para Puebla.