ALEJANDRO ARMENTA-JAVIER AQUINO: VASOS COMUNICANTES
Arturo Luna Silva
A inicios de abril de este año, al calor del inicio de las campañas por la gubernatura de Puebla, el PAN exhibió a Javier Aquino Limón y difundió el video de una reunión en un salón de Cholula con miles de burócratas estatales en la que el secretario de Gobernación supuestamente les pedía apoyar al candidato Alejandro Armenta Mier.
Con más estridencia que inteligencia, Acción Nacional aseguró que el funcionario realizaba proselitismo a favor de Morena de forma ilegal e incluso lo denunció ante el Instituto Electoral del Estado y la Fiscalía General del Estado, a quienes pidió investigarlo y sancionarlo por probables actos anticipados de campaña y desvío de recursos públicos.
El “golpe” fue más mediático que jurídico.
Y es que con dicha denuncia no pasó absolutamente nada, pues la reunión sí se dio, pero en día inhábil, por lo que se concluyó que Aquino no violó ninguna ley ni cometió delito alguno.
Simplemente fue la forma en que el PAN intentó “amarrar las manos” -o sacar del proceso- al vaso comunicante del gobierno del estado con el equipo de Alejandro Armenta.
El enlace, el nexo, el “puente de plata” con la campaña de Morena.
Javier Aquino es el operador político, el brazo derecho del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, y aquel episodio de abril de 2024 hoy puede leerse -y entenderse- mejor luego que este lunes Alejandro Armenta anunció que decidió que el actual secretario de Gobernación será el secretario de Bienestar de su gobierno, una posición de la máxima relevancia en varios sentidos, pues por esa dependencia para el sustento político y electoral que da fuerza a la denominada Cuarta Transformación.
Pero los vasos comunicantes entre Armenta y Aquino, entre Aquino y Armenta, no se reducen a un episodio, o una simple anécdota, de campaña.
La buena relación es añeja, como lo muestra claramente una vieja fotografía -rescatada de internet- que dice más que mil palabras.
En dicha imagen aparecen -de izquierda a derecha- Sergio Salomón, Alejandro Armenta y Javier Aquino.
Es el año 2015.
La elección federal.
Armenta es candidato a diputado por el distrito 7 de Tepeaca.
Aquino es su coordinador de campaña.
Y Sergio Salomón -de chaleco rojo y azul- es coordinador electoral.
Es otra época, otro momento, pero altamente significativo.
En aquel tiempo, los tres hacían equipo.
Luego la vida y la política llevarían a cada quien por caminos bifurcados.
Y tanto, que hoy Sergio Salomón es el gobernador en funciones.
Armenta, el gobernador electo.
Y Aquino, el secretario de Gobernación y futuro secretario de Bienestar en el estado.
Más vasos comunicantes:
Armenta fue alcalde de Acatzingo, de 1993 a 1996.
Aquino fue alcalde de Acatzingo, de 2002 a 2005.
Sergio Salomón fue alcalde de (la vecina) Tepeaca, de 2018 a 2021.
No, no es casual la designación que el gobernador electo ha hecho del secretario de Gobernación para sumarlo a su gabinete.
No es ni siquiera sorpresiva, sino muy lógica; congruente, incluso, con un pasado reciente que traduce el presente y ayuda a atisbar el futuro.
Se equivoca, y garrafalmente, quien piense que se trata de una imposición o el pago de una factura.
Ya lo subrayó el propio Alejandro Armenta, al dar a conocer las primeras cuatro designaciones formales de su equipo de trabajo:
“Que quede claro. Soy yo el que decido a mi gabinete”.
Y que lo entienda quien pueda -y quiera- entenderlo.