El Paquete contra la Inflación y la Carestía (PACIC) 2024-2025, firmado por la presidenta Claudia Sheinbaum representando a todo el aparato gubernamental, con diversas empresas productoras y agroindustrias (GrupoMar, Minsa, Lala, Bimbo, SuKarne, Kimberly Clark, Pilgrims, Schettino, Pinsa, Maseca, Verde Valle, Ragasa, Alpura, San Juan, Bachoco, La Moderna, Sigma, Opormex y Grupo Porres) y comercializadoras (Walmart, Chedraui, Soriana, La Comer, Merza, Calimax y Aprecio, HEB, Smart, Casa Ley, SuperKompras y Super AKI, entre otros) es una iniciativa que busca mitigar los efectos de la inflación y la carestía que han afectado de manera significativa a los hogares mexicanos en los últimos años, el compromiso es fijar el precio máximo en 910 pesos de los 24 artículos que conforman esta canasta (leche entera pasteurizada, huevo blanco, pollo entero, papel higiénico, pan de caja, sopa de pasta -spaguetti y codo-, atún en lata, sardina en lata, aceite vegetal, arroz, bistec de res de pulpa, harinas comercializadas y harina de maíz básica, entre otros); esto representa 129 pesos de reducción respecto al acuerdo anterior, que fue de 1,039 pesos, lo que equivale al 12.41% menos.
La inflación ha sido uno de los principales retos económicos para el país, especialmente después de la pandemia, debido al aumento de los precios de los alimentos, la energía y otros bienes esenciales, en el presente año, la anual llego a ser de 5,77% en julio, la subyacente de 5.50% en octubre de 2023 y la no subyacente de 10.36% también en julio, cabe señalar que aunque la inflación anual ha disminuido hasta llegar a 4.57 % en septiembre, presento un leve rebote que la llevo al 4,76% en octubre, como se puede ver en este contexto económico, por lo que pretende frenar la escalada de los precios mediante un conjunto de medidas que incluyen la reducción de precios de productos básicos, la estabilización de los precios de energéticos, y la colaboración entre el sector público y privado para aliviar la carga económica de las familias beneficiando principalmente a las clases medias y bajas, que son las más vulnerables a las fluctuaciones de los precios, por lo que el gobierno mexicano se ha comprometido a continuar con la política de subsidios y apoyos directos a los sectores más necesitados.
Sin embargo, es necesario considerar que, como todos estos tipos de programas, no es una solución mágica a los problemas estructurales de la economía mexicana, la inflación en México está influenciada por factores globales como los precios internacionales de los alimentos, el petróleo y las tensiones comerciales, así como por desafíos internos como la ineficiencia en las cadenas de suministro y la escasa competencia en ciertos sectores productivos. Por tanto, aunque es un paso en la dirección correcta, probablemente tendrá un impacto limitado surtiendo sus efectos únicamente en el corto plazo, si no se abordan las causas estructurales de la inflación.
Un aspecto importante de este acuerdo es la participación activa del sector privado, que se compromete a mantener precios bajos para ciertos productos esenciales, sin embargo el control excesivo de los precios puede generar distorsiones en los mercados, como la reducción de la oferta o el desincentivo a la inversión en ciertos sectores, si los precios se mantienen artificialmente bajos, las empresas pueden verse obligadas a reducir la producción, lo que podría generar escasez de productos y un aumento de la informalidad, además, si bien las medidas anunciadas son positivas en el corto plazo, el enfoque en soluciones coyunturales puede desincentivar la adopción de reformas estructurales necesarias para mejorar la competitividad y productividad de la economía mexicana a largo plazo, se debe señalar que la inflación no se combate únicamente con el control de precios, sino con un enfoque integral que fomente la inversión, la innovación y la eficiencia en la producción, por lo que será más eficaz si se acompaña de una estrategia fiscal y económica más amplia que incluya la mejora de la infraestructura productiva, el fomento de la competencia y la inversión en sectores clave como la energía y la tecnología por lo que la colaboración con el sector privado debe orientarse hacia la creación de incentivos que favorezcan la producción sostenible y no solo la estabilización de precios a corto plazo.
El PACIC 2024-2025 es un intento valioso del gobierno mexicano para enfrentar los efectos de la inflación y la carestía, una preocupación constante para millones de mexicanos, no obstante, sin embargo la reducción del 12.41% parece más bien un ajuste a la variable precio de manera artificial, que una disminución por eficiencia de las empresas, productividad y disminución de la inflación, por lo que el éxito de este paquete dependerá de su capacidad para equilibrar el control de precios con políticas que promuevan la estabilidad económica y la competitividad a largo plazo, es necesario que las autoridades sigan monitoreando los resultados de estas medidas y, en caso de ser necesario, ajusten las políticas para evitar distorsiones en los mercados y asegurar que los beneficios del paquete no sean solo temporales, sino sostenibles a largo plazo.