El presidente Andrés Manuel López Obrador informó que alista dos iniciativas de reforma constitucional para establecer que el aumento al salario mínimo no sea por debajo de la inflación, así como modificar el sistema de pensiones de los trabajadores, cuyo argumento central es que los trabajadores cuando se jubilen, reciban una pensión equivalente al último salario recibido, propuesta difícil de aprobarse al carecer de los votos suficientes en el Congreso de la Unión.
Sin embargo, hay que considerar que el actual sistema de pensiones es, por decir lo menos, perfectible. Debe recordarse que viene de una reforma reciente que data del 2020, la cual sentó que se subieran de manera gradual las aportaciones tripartitas (gobierno, patrón y trabajador) de las cuentas de las Afores, para pasar de 6.5 por ciento al 15 por ciento del salario base de cotización en 2030. En este caso quien recibe la carga más alta es el patrón, considerando que el gobierno únicamente aporta al ahorro para el retiro de aquellos trabajadores con salarios más bajos, debido a que otorga desde un salario mínimo, hasta 4 UMAS, y dichas cuotas se actualizan acorde al Índice Nacional de Precios al Consumidor.
Actualmente el valor de la UMA diaria es de 108.57 pesos mexicanos; antes de la reforma del 2020, el gobierno aportaba el 0.225 por ciento del salario base de cotización; mientras que el trabajador contribuía con el 1.125; y el sector patronal ponía el 5.15 por ciento, estos cambios legislativos únicamente mantuvieron la aportación de los trabajadores en el mismo porcentaje.
Pero, ¿cuál es la situación actual del pasivo contingente del gobierno federal en el presupuesto de egresos? A continuación, se presentan algunos datos en relación con este tema:
· A casi 27 años de su inicio, el Sistema de Ahorro para el Retiro o SAR tiene 73.9 millones de cuentas administradas por las Afores, que manejan recursos por cerca de 5.8 billones de pesos.
· Antes de la reforma del 2020 al sistema de pensiones, la llamada ‘tasa de reemplazo” era del orden del 30% por ciento del último salario.
· Cuando se haga efectiva plenamente la reforma del sistema de pensiones que condujo a un aumento de la aportación patronal de 1 punto porcentual cada año, hasta el 2030, ese porcentaje subirá al 70%, aproximadamente.
· El gasto del sector público en pensiones pasó de 827.8 miles de millones de pesos en 2014, a 1. 499 miles de millones de pesos, que es lo que se tiene estimado para 2034.
· El gasto neto total aprobado para 2024 es de 9.06 billones de pesos. Este monto implica un incremento de 4.3% respecto del aprobado para 2023 y representa 26.4% del PIB.
· En los países más desarrollados, como Noruega y Dinamarca, se tiene una tasa de retorno para los pensionados que puede llegar al 70%, sin alcanzar el 100%.
Aunque hay que esperar en qué sentido viene la propuesta presidencial de reforma al sistema de pensiones, para asegurar que el trabajador reciba una pensión equiparable al 100 por ciento de su último salario habría dos opciones, y ambas no se ven muy prometedoras.
Una posibilidad es elevar de manera muy sustantiva la aportación patronal o la del propio trabajador, para que el porcentaje de ahorro para el retiro resulte más elevado, o eventualmente elevar la aportación del gobierno.
La otra posibilidad implica eliminar el esquema de ahorro individual y regresar a la condición que teníamos antes de 1997, con un sistema de retiro con beneficio definido, al margen de las aportaciones de los trabajadores.
Se debe considerar que en el caso de regresar al sistema previo a 1997 el costo fiscal sería gigantesco e inmanejable para el gobierno, además de crearse una crisis de confianza de grandes proporciones.