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La salud financiera en México en 2023

La salud financiera en México en 2023

La salud financiera en México en 2023

Con la finalidad de conocer mayor información en relación a la problemática derivada del manejo de los recursos personales, así como su salud financiera, factor central de las finanzas personales, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en colaboración con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, presentó hace días la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (ENSAFI 2023), la cual se define como el estado que posibilita a las personas para manejar sus finanzas de manera adecuada.

Esta información ofrece indicadores para que las personas hagan frente a sus gastos cotidianos (seguridad), afronten variaciones negativas en sus flujos de ingresos y aumentos inesperados de sus gastos (resiliencia), logren sus metas y aprovechen oportunidades para lograr su bienestar y movilidad económica (libertad).

Dicha encuesta considera 11 variables, cuya información más relevante se nuestra a continuación:

· Ahorros. – Según la ENSAFI 2023, en México había 92.8 millones de personas de 18 años y más, segmento en que la encuesta basa sus resultados. El ahorro puede ser formal e informal, el primero refiere a los recursos que se guardan en alguna institución financiera, bancaria o no, mientras que por su parte el informal consiste en guardar dinero en casa, tandas, cajas de ahorro del trabajo o de personas conocidas, y otros métodos. De la población de 18 años o más, 52.0 % señaló que tenía algún tipo de ahorro formal o informal.

· Deuda. – Es el dinero que se debe saldar en un plazo establecido, igualmente hay dos tipos, la formal y la informal. En el primer caso se obtiene mediante créditos que otorgan las instituciones financieras, sean bancarias o no y por su parte, la deuda informal se adquiere a través de particulares, con familiares o casas de empeño, entre otras formas. De la población de 18 años y más, 36.2 % reportó tener algún tipo de deuda.

· Suficiencia de ingresos para cubrir gastos. – De la población de estudio, 30.5 % informó que durante el último mes no tuvo dinero suficiente para cubrir sus gastos sin endeudarse, esta situación afectó más a las mujeres que a los hombres (32.5% y 28.0 %, respectivamente). Para afrontar esta dificultad, las personas que durante el último mes no contaron con ingresos suficientes recurrieron a diversas estrategias: 68.3 % redujo sus gastos, 41.6 % pidió prestado a familiares o amigos y 32.0 % utilizó sus ahorros.

· Capacidad de endeudamiento. – En esta encuesta se indagó por la capacidad máxima de endeudamiento mensual que la población podría tener sin
comprometer su patrimonio, el resultado promedio fue de 2 mil 777 pesos, con una diferencia de más de mil pesos; según sexo, para las mujeres fue de 2 mil 262 pesos y para los hombres de 3 mil 382 pesos. Por niveles de endeudamiento, la mayor concentración se encontró en el rango de uno a 1 mil 999 pesos, con 50.6 % del total. En este rango, las mujeres representaron 55.9 % y los hombres, 44.5 %.

· Percepción del ingreso mensual necesario. – Para cubrir los gastos, el promedio de ingreso requerido a nivel nacional fue de 16 mil 421 pesos. Sin embargo, se observaron diferencias según sexo: las mujeres consideraron necesario un ingreso promedio de 15 mil pesos, mientras que los hombres estimaron un promedio de 18 mil pesos; en el caso de Puebla, de acuerdo a la encuesta, se requieren 12 mil 600 pesos.

· Manejo del presupuesto. – Elaborar y llevar a cabo el presupuesto conforme se planea se relaciona con un buen control de las finanzas, en este sentido, 53.20% de la población realizó algún tipo de registro o control de sus gastos; esta práctica fue más alta entre las mujeres (54.4 %) que entre los hombres (51.8 %).

· Comportamiento gasto frente al ahorro. – De la población encuestada, 58.8 % señaló que casi nunca o nunca decide comprar más que ahorrar, 26.9 % señaló que algunas veces decide comprar más que ahorrar el y 14.4 % siempre o casi siempre decide comprar en lugar de ahorrar. Por sexo, esta última situación se presentó más en hombres (15.5 %) que en mujeres (13.4 %).

· Confianza en habilidad financiera. – De la población de 18 años y más, 39.6 % indicó tener mucha confianza para administrar su dinero, 40.4 % consideró algo de confianza, 16.1 %, poca y 3.9 % dijo tener nada de confianza. En este rubro, cabe señalar que los valores para mujeres y hombres fueron similares.

Por otro lado, en la encuesta se empleó una escala de 10 preguntas que miden la percepción de la población en cuanto a su salud o bienestar financiero, la que contempla cuatro dimensiones: resiliencia financiera, control financiero, seguridad financiera y libertad financiera.

En este sentido, la evaluación midió el nivel de estrés financiero que experimentó la población en el país por su situación económica, la que se analizó con factores como la dificultad para cubrir gastos básicos, la acumulación de deudas, la incertidumbre sobre el futuro financiero y la preocupación por tener que gastar dinero en imprevistos.

En cuanto a las principales metas financieras de la población de 18 años o más, tanto para hombres como para mujeres, destacó en primer lugar comprar o terminar de pagar su casa.

Esta meta se mencionó por 20.4 % de las mujeres y 23.1 % de los hombres; en segundo lugar, las mujeres señalaron como meta dar estudios a sus hijos o hijas (16.1 %), mientras que, para los hombres, esta fue obtener más ingresos (11.7 %).

A manera de resumen se debe señalar que la falta de recursos financieros es uno de los factores que mayor incidencia tienen en el desempeño, tranquilidad y calidad de vida de las personas. Sin embargo, se debe considerar que muchas veces hay razones relacionadas con el comportamiento de las personas o de sus acciones individuales, lo cual lleva usualmente a que se realicen compras por impulso, lo cual pude ocasionar endeudamientos más allá de la capacidad de pago. Si bien el crédito es un mecanismo que proporciona recursos adicionales a los ingresos, muchas veces se olvida que hay que pagar ese dinero, lo cual lleva a las personas o a las familias a vivir más allá de sus capacidades.

De lo anterior es posible concluir que el estrés financiero básicamente es originado por desempleo, bajos ingresos o precariedad laboral, pero ahora podemos afirmar que hay causas conductuales y del comportamiento humano que llevan a las personas a compras impulsivas y sobreendeudamiento, lo que significa que algunos vivan más allá de sus posibilidades. Precisamente toda la información descrita busca coadyuvar y contribuir para evitar que eso suceda.

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