A pesar de las expectativas establecidas por los analistas económicos, la inflación comenzó a mostrar un rebote a partir de la segunda quincena de octubre de 2023 donde alcanzo su límite inferior al llegar a los 4.32% anuales. A partir de ahí se mostró un crecimiento marginal, pero constante, llegando en la primera quincena de enero a ubicarse hasta en 4.90%, su mayor nivel en seis meses y medio, impulsada principalmente por el componente no subyacente, particularmente por el repunte en los productos agropecuarios.
Una de las observaciones que se hacen con mayor frecuencia, es que el índice al consumidor presentado por el Inegi, no es igual al que en los bolsillos sentimos los mexicanos, considerando que de octubre de 2018 a diciembre de 2023 el incremento en los precios es arriba del 30%, sin embargo, en nuestros bolsillos el alza es superior al 40%, que hace disminuir la calidad de vida.
Para determinar el Índice Nacional de Precios al Consumidor, se hace una muestra representativa de 120 mil precios de bienes y servicios específicos agrupados en 299 productos genéricos, con una cobertura de 91 ramas industriales. Para su cálculo se toman en cuenta dos variables: el índice subyacente se obtiene eliminando, del cálculo del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, o bien, que su proceso de determinación no responde a condiciones de mercado; por su parte, en el índice no subyacente se consideran aquellos agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas por distintos órdenes de gobierno y que presentan una alta volatilidad.
Hay que considerar que el índice no subyacente subió 5.24% anual, su mayor nivel desde febrero de 2023. En el desglose, los productos agropecuarios fueron los que ejercieron mayor presión, ya que tuvieron una inflación de 9.73% anual, pero en el rubro de las frutas y verduras repuntó hasta 20.69%. Este dato es el más alto desde la primera mitad de diciembre del 2021, quizá a consecuencia de las sequias en el bajío, así como en el noreste del país. Adicionalmente en este rubro se suman los fenómenos climatológicos en Texas, así como los conflictos geopolíticos en Europa del Este y el Medio Oriente que generan inestabilidad, con lo cual el retroceso de inflación sería más lento de lo esperado.
Para el Estado de Puebla, durante la primera quincena de enero de 2024 la inflación presentó un incremento superior al promedio nacional, al alcanzar el 0.81%, debido a que la capital poblana alcanzó un crecimiento del 0.91%, el sexto más alto por ciudad en país y se puede explicar considerando sus características al ser eminentemente un clúster estudiantil.
Por ello el índice subyacente presentó un crecimiento del 4.78%, muy cercano al porcentaje de la inflación general, mientras que el crecimiento en los alimentos, bebidas y tabaco fue de 5.63%; los servicios incrementaron 5.19%, la educación en un 6.51% y los otros servicios subieron 6.21%, afectando de manera directa el nivel de los precios.
A manera de reflexión se debe considerar la falta de certidumbre que prevalece en el poder adquisitivo, considerando que a más del 60% de los consumidores mexicanos no lo les alcanza para comprar la canasta básica de alimentos necesarios para sus familias. En este sentido, la población más afectada de esta situación es la que destina la mayor parte de sus ingresos para la compra de alimento, lo cual estresa a nivel social y económico.