Durante un año, Violeta “N”, cuyo nombre fue modificado por razones de seguridad, alumna de la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh) convivió con el hombre que la agredió sexualmente, quien ahora es la máxima autoridad de su escuela y busca, a toda costa, evitar ser detenido.
Se trata del rector de la UACh, Ángel Garduño García, quien desde septiembre de 2023 se vio favorecido por autoridades de la escuela que no hicieron nada para investigar la violación denunciada por Violeta.
La alumna fue atacada en octubre de 2022, cuando la Universidad estaba en huelga, y Garduño era subdirector de Investigación del Departamento de Ingeniería Mecánica Agrícola.
Entonces la joven, que ahora tiene 20 años, atravesaba por un problema administrativo con sus calificaciones que ponía en riesgo su permanencia en la universidad. Por miedo a perder su oportunidad de seguir estudiando, decidió no denunciar los hechos, pero luego de la incursión violenta de integrantes de Antorcha Campesina en la UACh, Garduño fue designado primero rector interino y posteriormente definitivo.
Esto agravó los temores de Violeta a sufrir un nuevo ataque, ahora de la máxima autoridad de su escuela.
Por ello, el 29 de septiembre de 2023 presentó una queja ante la Contraloría General de la Universidad y un mes después denunció los hechos ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM).
Desde el pasado 31 de enero la fiscalía obtuvo orden de aprehensión contra el rector de la UACh, emitida por un juez de control especializado en Cateos, Órdenes de Aprehensión y Medidas de Protección en Línea del Estado de México, por el delito de violación equiparada.
Policías ministeriales acudieron a la rectoría de la UACh, donde Garduño se acuarteló en su oficina. A decir de profesores que apoyan a la joven, el rector pudo hacer esto para preparar un amparo que evite que sea llevado a prisión.
El pasado 2 de febrero Proceso informó que Garduño tramitó un amparo contra la orden de captura, mismo que hasta ese día no había sido admitido a trámite por el juez Quinto de Distrito de Amparo y Juicios Federales en el Estado de México.
LA AGRESIÓN
En octubre de 2022 Violeta acudió a una reunión con unos compañeros de su escuela, de la cual decidió retirarse cerca de las tres de la mañana, pues empezó a sentirse mal, aunque no había ingerido mucho alcohol.
El entonces subdirector Ángel Garduño se ofreció a llevarla a la universidad, pues en ese momento Violeta se estaba quedando en el internado que se ofrece a los alumnos.
Al llegar a la entrada de la casa de estudios, ubicada en la carretera México-Texcoco, en el Estado de México, Violeta agradeció al profesor el viaje, pero éste no le permitió bajar del carro.
“No me permite descender, jalándome del brazo hacia él, comenzando a abrazarme, diciéndome: ‘¿Sí te han dicho que eres muy sexy?, cómo me gustaría estar en la cama contigo’. Me empiezo a sentir muy incómoda, por lo que le digo que realmente me sentía mal, que me permitiera bajarme del vehículo, comenzando a acariciarme la cara para posteriormente comenzar a bajar sus manos por mi cintura hasta llegar a mis piernas”, relató Violeta al Ministerio Público del Estado de México que recibió su denuncia el 10 de octubre de 2023.
El rector aprovechó que, debido a su malestar, Violeta estaba debilitada y no pudo poner mucha resistencia..
“Empecé a gritar que me dejara bajar del vehículo, pero nunca lo hizo, continuando con la acción. Le digo al conductor que me ayudara, el cual en ningún momento volteó para impedir lo que estaba sucediendo”.
Ante los gritos, el hoy rector pidió a su chofer llevarlos a un lugar, aparentemente ya conocido por éste. Con el auto en marcha Violeta intentó abrir la puerta, lo que provocó que el chofer detuviera el vehículo.
Ángel Garduño se bajó y el chofer aprovechó para ofrecer disculpas a la víctima y justificar a su jefe por el exceso de alcohol. Entonces ella logró convencerlo de que la llevara a un lugar seguro bajo la condición de que no denunciaría a su agresor.
Durante un año, la alumna permaneció callada porque, debido a un error administrativo en el que sus calificaciones no fueron registradas, la escuela estaba a punto de darla de baja. Sin embargo, cuando Garduño fue designado rector de la universidad, se dio cuenta de que debía denunciar lo que había pasado un año antes, de lo contrario estaría en riesgo.
El 29 de septiembre de 2023, Violeta “N” presentó una queja ante la Contraloría General de la UACh.
Pese a que la legislación interna establece que la Contraloría cuenta con 15 días para procesar el caso, luego de un mes Violeta no recibió respuesta alguna. Su credencial de estudiante fue desactivada y no pudo tener acceso a las instalaciones.
Durante ese tiempo la Contraloría cambió de titular. Quien estaba de interino al momento de que Violeta presentó su queja entregó su expediente directamente al jefe de la Unidad Jurídica de la UACh, Aarón de la Rosa, designado por el rector Garduño.
De acuerdo con la víctima, la Contraloría no cuenta con copias de su expediente sino únicamente con un acuse en el que consta la entrega-recepción del mismo a la Unidad Jurídica.
Violeta se enteró de esto cuando fue a preguntar qué había pasado con su queja, por lo que le extrañó que el caso fuera turnado a un funcionario que depende directamente de su agresor.
Sin embargo, acudió a la Unidad Jurídica, donde inicialmente le dijeron que no tenían su expediente, pero cuando la joven demostró la existencia del acuse, le confirmaron que el asunto estaba siendo controlado personalmente por el titular de dicha área.
Para el 10 de octubre de 2023 Violeta denunció a su agresor ante la fiscalía mexiquense, a la que informó del temor que tenía porque su agresor ya había sido designado rector y ahora tenía más poder para tomar represalias en su contra por haberlo rechazado, por la queja que presentó ante la Contraloría y por la denuncia que presentó en ese momento.
Por ello, la fiscalía ordenó medidas de protección, entre ellas rondines de elementos policiales en su domicilio.
“Estoy muy ansiosa, me causa ansiedad, miedo pero también impotencia que la que se tenga que estar aislando sea yo y no él, cuando el que agredió fue él a mí y no yo a él”, comenta en entrevista.
El 30 de octubre de ese año, apenas unas semanas después de que presentó su denuncia ante la fiscalía, Violeta fue agredida en el nuevo domicilio que habita fuera de la universidad.
“A partir de lo que ha estado pasando yo casi no salgo. Ese día estaba esperando paquetería porque mi mamá suele enviarme cosas y cuando tocaron (a la puerta) pensé que era la paquetería que ya había llegado, pero cuando abrí fue cuando empecé a forcejear con esta persona”, relata.
El hecho quedó grabado en las cámaras de seguridad de la zona, cuyas imágenes forman parte de la carpeta de investigación contra el rector Garduño, pues Violeta denunció que la persona que fue a su casa la amedrentó para que retirara la denuncia contra el funcionario.
“Yo no pensé que fuera a escalar a esta magnitud ni que me fueran a amenazar de esta forma. Me dijo: ‘Morra, ya bájale de huevos con el asunto del rector, esta es la última advertencia que se te da’”, recuerda.
En las imágenes, a las que Proceso tuvo acceso, se observa que un hombre que vestía chamarra roja con negro, pantalón negro y gorra beige, toca el timbre del domicilio de Violeta a las 20:50 horas.
Después de unos minutos abren la puerta del lugar y él empuja para ingresar rápidamente, luego sale jalando del brazo a Violeta, quien alcanza a soltarse, pero él arremete nuevamente, ingresa, cierra la puerta y a las 20:53 sale del lugar.
La mayoría de sus vecinos son estudiantes de la UACh. El día que el hombre fue a su domicilio el edificio estaba vacío porque era puente vacacional y los jóvenes aprovechan para visitar a sus familias.
La fiscalía inició otra carpeta de investigación, relacionada con la del rector, por el delito de lesiones contra quien resulte responsable.
LA ESPERA
Proceso informó el pasado 29 de enero que aunque la FCADVVG remitió el ejercicio de la acción penal a la FGJEM para solicitar la orden de aprehensión contra el rector, Ángel Garduño, luego de dos semanas parecía que no pasaba nada, lo que orilló a Violeta a alzar la voz y denunciar un retraso injustificado por parte de las autoridades.
Para el 31 de enero el juez de control del Estado de México libró la orden de captura contra el rector por el delito de violación equiparada.
Esa noche elementos de la policía ministerial acudieron a la UACh para intentar ejecutar la orden, pero el rector se había encerrado con sus colaboradores y les impidieron el acceso.
La asesoría jurídica de la víctima y otros profesores que la apoyan señalaron que seguramente el rector buscará ampararse para evitar su detención.
Hasta el momento las partes no han sido notificadas de que Garduño cuente con una suspensión que impida a las autoridades detenerlo en cualquier momento.
Aunque desde el viernes 2 de febrero Garduño solicitó un amparo, éste todavía no había sido admitido a trámite, en tanto, la fiscalía estatal esperaba obtener una orden de cateo para poder ingresar a la UACh y detener al rector.
Proceso buscó a Garduño para conocer su postura respecto a las acusaciones que pesan en su contra pero hasta este sábado no hubo respuesta.
Salvador Díaz Sánchez, profesor de Talleres Culturales de Chapingo y uno de los docentes que han respaldado a Violeta, comenta en entrevista que el rector Garduño ha actuado como “un verdadero Calígula”.
“Tiene un abogado titular de la Unidad Jurídica que ha implantado el terror entre la base profesoral, a nosotros en Talleres Culturales nos perjudicó dando de baja, rescindiendo el contrato a nuestro compañero titular”, dice.
En junio de 2023, este medio informó que el 25 de abril de ese año el departamento de Talleres Culturales fue violentamente allanado por funcionarios vinculados a Antorcha Campesina, grupo conocido por ser el brazo armado del PRI, y sacaron de forma intimidatoria a la jefa, Rosa Ivette Tapia Silva, para deponerla del puesto (Proceso 2434).
Por ello, Díaz Sánchez consideró que la lucha del profesorado y de víctimas como Violeta están vinculadas, pues los atropellos tienen su origen en la administración de Garduño. “Nos vincula una lucha contra una administración realmente de cavernícolas”, agrega.
Y señala que desde la incursión de Antorcha Campesina a la UACh, las plazas que quedan libres por actos arbitrarios que provocan las bajas de los profesores son ocupadas por gente allegada a dicho grupo.
Con información de Proceso