Aunque usted, no lo crea, se robaron las alas de bronce colocadas en la conocida como Calle de los Dulces, en Puebla.
Una de las figuras más buscadas en el centro de la capital par tomarse la foto del recuerdo no está más.
Cabe señalar que las piezas de bronce y cobre han sido el blanco de los amantes de lo ajeno en los últimos tiempos.
Nada más basta darse una vuelta por los bustos colocados en la 43 Poniente, donde ya los nombres de poblanos destacados carecen de varias letras.
Otro caso fue el robo de la placa de identificación de la pieza colocada afuera del Teatro Principal dedicada a Plácido Domingo y el dramaturgo, Héctor Azar.
También la figura del comunicador Javier López Díaz, sufrió el robo de los lentes que portaba, en la calle 5 de Mayo, la pipa de Pedro Ángel Palou y una hoja de libro; la trompeta de la escultura de mariachi colocada en el Jardín de Santa Cecilia, así como la figura de Amy Camacho, a la que le quitaron una hoja de árbol que tenía en su cinturón.