El volcán Popocatépetl ha disminuido su actividad y ha tenido algunos pocos episodios mayores en las últimas horas.
No obstante, ha habido emisiones de gas y ceniza, así como la expulsión de fragmentos incandescentes a cortas distancias; y se observó una señal sísmica de tremor de alta frecuencia, la cual va a la baja.
Protección Civil también reportó que podría haber lahares que bajarían por las cañadas por el aumento de ceniza en las laderas del volcán y las lluvias.
Los lahares son un peligro volcánico, uno de los incidentes de mayor impacto y alcance en zonas que no están directamente afectadas por la erupción, son una especie de avalancha, señala la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en un artículo.
Los lahares son una mezcla de agua y fragmentos de rocas que bajan por las barrancas y laderas.
“Suceden cuando en un periodo breve se acumula un gran volumen de agua”, este puede ser por las lluvias o por el derretimiento de un glaciar. En este caso, Protección Civil alertó sobre los lahares por las lluvias de la temporada.
La UNAM destaca que este tipo de avalanchas pueden ocurrir cuando el volcán hace erupción o durante una etapa de quietud volcánica si se erosiona el material viejo, aun años después de una explosión.
En tanto, el Centro Nacional de Prevención de Desastress (Cenapred) puntualiza que estos lahares son corrientes de lodo y escombros del volcán. Mientras esta mezcla baja, incorpora más material hasta inundar las zonas bajas.
“Fluyen por los cauces de los arroyos y su alcance depende del volumen del material movilizado, de la cantidad de agua que se incorpora a la mezcla (agua de lluvia, deshielo o arroyos) y de la topografía del volcán. Los lahares pueden presentarse incluso en volcanes inactivos durante la ocurrencia de lluvias extraordinarias”, añade el Cenapred.