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Posted inJorge Calles Santillana

Xóchitl Gálvez y el ruido

PUEBLA, Pue., 3 Abril 2016.- Xóchitl Gálvez delegada Miguel Hidalgo durante el primer evento de campaña en la junta auxiliar de San Andrés Azumiatla de Tony Gali, Candidato a la Gubernatura del Estado. //Sergio Cervantes/Agencia Enfoque//
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Xóchitl Gálvez y el ruido

Si bien son escasas las posibilidades de que se convierta en presidenta de México, no hay duda de que Xóchitl Gálvez supo irrumpir en el escenario político y posicionarse de tal manera, que es probable que sea la candidata presidencial de la alianza opositora. Con su anuncio, Xóchitl asestó varios golpes políticos.

En primer lugar, sacudió a una oposición afectada por un marasmo crónico durante todos estos años. El presidente se le había adelantado con su estilo agresivo y sin respetar las leyes. La alianza no atinaba a responder; dominada por sus tibiezas, no había sido capaz siquiera de sugerir candidatos. No fue sino hasta que el efímero Frente Cívico Nacional propuso una elección primaria, que los líderes opositores actuaron. En medio de disputas por método y fechas, Xóchitl aprovechó bien su momento de visibilidad, promovido en buena medida por el mismo presidente. De ser considerada aspirante a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México pasó a ser una de las más serias aspirantes a la candidatura presidencial opositora. El tiempo nos dirá si el afán del presidente por mantenerse como única voz válida fue un acto de torpeza que terminó por encumbrar, más allá de toda previsión, a la senadora panista.

En segundo lugar, golpeó al presidente y a sus candidatos. Acostumbrado a definir el guión de todas las situaciones y empoderado por su alta aceptación popular, el presidente no esperaba un arranque opositor de esta magnitud ni la respuesta ciudadana hasta ahora registrada. Xóchitl mete muchísimo ruido al esquema que el presidente ha trazado rumbo al 2024, por varias razones. En primer lugar, porque hace tambalear, así sea manera ligera por lo pronto, la percepción de que López Obrador está en control pleno del proceso electoral.

A fuerza de haber sido escogidos por el presidente para abanderar a su partido, sus elegidos están marcados por la etiqueta de “oficialistas”, lo cual si bien les concede ventajas que podrían llevarlos a la victoria, también los ubica en zonas de vulnerabilidad: siempre hay interés en ver caer al poderoso.

Ninguno de los nombres que había manejado la alianza había suscitado expectativas. A pesar de sus buenas andanzas y de haber escogido el método de proponer en vez de descalificar, ni Beatriz Paredes ni Enrique De la Madrid habían concitado mayor interés; en buena medida, porque o son vistos como políticos de vieja guardia, como Beatriz, o porque el apellido no ayuda mucho, el de Enrique. Ni qué decir de Santiago Creel, quien a pesar de introducir modificaciones a su personaje, no logró recomponer la gastada imagen que desde años atrás arrastra. Tampoco Xóchitl había despertado mucho interés.

No fue sino hasta que, inteligentemente, llegó a tocar la puerta de Palacio, a sabiendas de que no le abrirían, que su imagen empezó a ganar adeptos. Y así, en medio del barullo opositor, en medio de la efervescencia de interesados, Xóchitl se plantó frente a Palacio (¿será que porque no la dejaron entrar y no la quisieron recibir podrá algún día entrar y ser objeto de la mejor de las recepciones?) y grabó el video en el que no sólo desdice al presidente sino que ofrece una imagen de la gente marginada y excluida diferente a la victimizada que el presidente se ha encargado de construir. Sin grandes aspavientos defendió los programas sociales y, mostrándose producto de la cultura del esfuerzo, destruyó el discurso asistencialista del actual régimen.

La brillante jugada de Gálvez obligará al presidente, además, a abandonar su posición triunfalista para pensar con frialdad y detenimiento la(s) pregunta(s) que incluirán las encuestas y la forma en la que éstas serán realizadas. Morena deberá escoger al mejor candidato. Si Xóchitl compite son altas sus posibilidades de resultar ser mejor candidata que quien busque la presidencia de Morena, lo que no significa que necesariamente ganará. Pero la competencia se le volverá complicada al Presidente y a su partido.

López Obrador estará pasando malos momentos. Sabe que Xóchitl puede convertirse en un dolor de cabeza. A diferencia de Claudia, Xóchitl goza de buena imagen y posee carisma. Claudia podrá tener todo el apoyo de la estructura, pero su paso por la jefatura del gobierno de la Ciudad de México la ha desgastado.

El presidente ha insistido que México debe ser gobernado, ya, por una mujer. Su afirmación podrá jugar en su contra, en caso de que Marcelo consiga la nominación y deba enfrentarse a la senadora panista hidalguense.

Definitivamente, Xóchitl Gálvez ha metido ruido en el escenario político.

Profesor-investigador de Sociología de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Secretario de Investigación y Estudios de Posgrado de esa Facultad.
Doctor en Comunicación de Masas por la Universidad de Iowa.
Analista político en noticieros de Televisa-Puebla y articulista en Puebla OnLine y Crónica Puebla.