El partido Movimiento Ciudadano (MC) ha dejado ver que en la elección presidencial busca convertirse en el esquirol de la oposición e ir solo a las urnas.
Eso representará una disminución de las posibilidades del Frente Amplio por México (PRI, PAN y PRD), ya no para ganar, sino de ser siquiera competitivo en 2024.
Sin embargo, el partido del veracruzano Dante Delgado Rannauro podría jugar diferente en algunas de las plazas en las que se elegirá gubernatura, como Puebla, en donde acompañaría al candidato opositor.
Una estrategia que tiene un muy claro doble filo.
Varias bandas están en esta estrategia y la carambola puede pegar en la elección poblana.
En estos días se discute si el Congreso de Nuevo León da luz verde, y en qué términos, a la solicitud de licencia del gobernador Samuel García, la carta interna de MC, para la Presidencia de la República.
La expectativa es que Samuel García, el más joven de los mandatarios, con suficiente conocimiento a nivel nacional, le quitaría votos a la oposición.
En varias encuestas, el neoleonés alcanza hasta dos dígitos, entre 8 y hasta 11 por ciento de las potenciales preferencias, de agosto a la fecha.
Vaya que dolería su inclusión en la carrera a Palacio Nacional, sobre todo por las condiciones actuales de la virtual candidata del Frente, Xóchitl Gálvez, quien, en vez de levantar, va en picada.
De ahí la importancia del juego doble de MC.
Además de Samuel García, ese partido mantiene, cual dedo en el gatillo, la posibilidad de convencer a Marcelo Ebrard, quien fracasó en su intento de ser el abanderado presidencial de Morena para 2024.
“Yo lo que creo es que Samuel es una opción interna y el licenciado Marcelo Ebrard sería una opción ciudadana externa”, dijo Dante el pasado lunes, tras su informe en la antigua sede de la Cámara Alta.
Pero, para los estados, MC podría cambiar su carácter de esquirol de la carrera presidencial, para actuar en otra lógica y en otra conveniencia.
El caso de Puebla es muy paradigmático.
Aquí, el dirigente, Fernando Morales, es públicamente aliado del alcalde panista y virtual candidato opositor a la gubernatura, Eduardo Rivera Pérez.
Varias ocasiones ha participado en sus actividades de gobierno, con la cachucha de legislador, pues también es diputado local.
Ese romance tiene como destino las urnas.
Da la impresión de que así lo están construyendo.
Eso, a pesar de que Movimiento Ciudadano está muy menguado en Puebla, luego de que la esencia de su militancia se fue con Ignacio Mier.
De todos modos, el membrete podría aparecer al lado de la foto de Rivera Pérez, en la boleta.
Un doble juego.
Doble filo.
Un ganar, ganar.
Para Dante y los suyos.