MORENA PUEBLA Y SU FERIA DE POSTULACIONES
Arturo Luna Silva
Una vez que este lunes Morena publique las convocatorias para elegir candidatos y candidatas a las gubernaturas en nueve estados, comenzará una abundante y ridícula -en algunos casos- feria de postulaciones.
Para el caso de Puebla se espera que sean 10 aspirantes o más.
De ahí que habrá una especie de semifinal de encuestas, para depurar a los realmente competitivos y competitivas, antes de ir a la contienda real y seria, que no tendrá más de cinco apuntados y apuntadas.
Al cierre de esta entrega, poco sabíamos a ciencia cierta de los requisitos que traerá el documento que emita el Comité Ejecutivo Nacional (CEN).
Pero lo muy previsible es que será una calca para las nueve entidades que elegirán al titular del Poder Ejecutivo local en 2024.
Son ocho estados y la Ciudad de México, los que tendrán elecciones concurrentes con la presidencial.
Ha trascendido que no se impondrá a los postulantes la obligación de presentar renuncias a sus cargos o solicitar licencias a sus curules y escaños.
Se estima que por lo menos 36 legisladores (20 diputados y diputadas federales y 16 senadores y senadoras) busquen esas nueve candidaturas.
Eso ya plantea un bache en el piso que debería ser parejo para todos y todas.
También, desde el anuncio de la semana pasada, sabemos que la dirigencia nacional de Morena permitirá los registros sin definir género, en cada plaza, con antelación.
Hombres y mujeres podrán buscar contender por igual en esas nueve entidades:
Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Tabasco, Veracruz, Yucatán y, por supuesto, Puebla.
En nuestra entidad, entre hombres y mujeres, y todavía con el nerviosismo de la indefinición del género, realmente no hay más de seis aspirantes competitivos en las mediciones: Olivia Salomón, Julio Huerta, Rodrigo Abdala, Claudia Rivera, Ignacio Mier y Alejandro Armenta.
De ahí que la fórmula que, según ha trascendido, se aplicará de dos fases de selección, queda justo al caso poblano.
Porque hay datos, de fuentes muy sólidas, de que el proceso local en Puebla se puede convertir en una kermés.
Con registros inviables.
Con aspirantes sin posibilidades.
Con apuntados y apuntadas que generarán carcajadas.
De ahí que se aplicará primero una depuración.
Luego se irá a la contienda real con los más competitivos.
Los de a deveras.
También hay que recordar que, estatutariamente, para cualquier tipo de candidatura, en el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se pueden incluir hasta cinco aspirantes en las encuestas.
El “hasta” es muy importante.
(A menos que lo cambien de última hora).
Son seis quienes sí pueden aspirar con seriedad a la candidatura.
Pero es posible que intenten inscribirse cinco o seis más, como Inés Parra, Liz Sánchez o José Antonio Martínez García.
Entonces, se hace indispensable ir a la depuración.
La estrategia de haber lanzado la convocatoria sin distingo de género, se supone que tendrá como resultado una ponderación también de la competitividad, por entidad, antes de definir si va hombre o mujer.
En otras palabras, se supone que el género se definirá con base en el nivel de competitividad que tengan ellas o ellos, en cada uno de esos nueve estados.
Por supuesto que tendrá que haber un ajuste.
Hay que recordar la obligatoriedad de que haya paridad de género.
Al tratarse de nueve elecciones, será imposible una paridad matemática estricta.
Entonces, el ideal es que vayan cinco mujeres y cuatro hombres.
Pero también está la posibilidad de que sea a la inversa.
Una cosa es muy cierta, no hay claridad todavía en Palacio Nacional ni en el CEN de Morena de lo que ocurrirá en Puebla.
Hay, eso sí, elementos para dar por hecho de que en Tabasco será hombre (Javier May) y en Veracruz mujer (Rocío Nahle).
De ahí en fuera, y con distintos grados de incertidumbre, nada puede darse por hecho.
Hagan sus apuestas.