MORENA, LA POSTAL DEL CAOS
Arturo Luna Silva
Desbocadas campañas negras de última hora; aspirantes que se declaran ganadores, pasando por alto las reglas de su dirigencia; sospechoso silencio y aparente calma en algunas trincheras; negociaciones políticas desesperadas y una notoria ausencia de información oficial, son sombras que pesan sobre el proceso de selección de candidatos y candidatas a 9 gubernaturas en Morena, incluida Puebla.
Al inicio de la semana definitoria da la impresión de que todo se salió de control.
Distinto de lo que se pensaba, de que las encuestas ya habían concluido, hay información y trascendidos que apuntan a que todavía este domingo y lunes se siguen levantando.
En Puebla, el descontrol ha alcanzado altísimos niveles.
El sábado, uno de los aspirantes a la Coordinación Estatal de la Cuarta Transformación (4T), Julio Huerta, se declaró ganador.
Lo hizo en un video que colgó en sus redes sociales.
Su afirmación resulta por lo menos extraña.
Y es que la proclamación carece de datos.
De hecho, entre sus rivales se leyó como una conducta desesperada.
Las dudas llueven.
Si en la encuesta oficial ya hay un ganador o ganadora, ¿por qué entonces las súbitas campañas para apuntalar a tal o cual?
Da la impresión también de que lo que no se hizo en los meses pasados que llevan de campaña a los aspirantes poblanos y poblanas, no se podrá conseguir en dos días.
La incertidumbre tuvo como origen fatal la postergación de la fecha en que se daría el anuncio del ganador o ganadora.
Hay que reconocer que tampoco se tiene completa certeza sobre el género para el estado de Puebla.
Cuando el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena decidió cambiar del 30 de octubre al 10 de noviembre su definición, desató una riesgosa avalancha de dudas e inconformidades.
La incertidumbre está por doquier.
La poca información sólida que se tiene a mano indica que realmente nadie puede decirse ganador o ganadora en este momento.
En un nuevo acuerdo supletorio, el CEN determinó que desde este 5 de noviembre están prohibidas las movilizaciones y los recorridos.
Ese es otro elemento más que siembra desconcierto.
Dependiendo con quién se simpatice es la versión que se propaga.
Unos dicen que “Ya es Nacho”.
Otros que Alejandro Armenta resultó el triunfador en la encuesta oficial.
Las huestes de Julio Huerta no terminan de creer su proclamación como coordinador estatal.
Las aspirantes mujeres de la contienda han sido prudentes.
Lo cierto es que ni siquiera el género ha quedado claro.
En las hipótesis y las combinaciones todo indica que la selección de la Ciudad de México definiría el género en Puebla.
Porque el resto de las plazas, más o menos tienen perfilado si irán con hombre o con mujer.
Intentar en este momento obtener información de los operadores de los aspirantes pareciera una tarea inútil.
Siempre dirán que ganaron.
Que el suyo es el bueno.
O la buena.
En este desconcierto también el mismo sábado revivieron las campañas negras a través de mensajes de texto a los celulares.
Se culpa a Alejandro Armenta de sus conocidos nexos marinistas.
Miles de celulares han sido bombardeados con esos mensajes.
“Alejandro Armenta, vinculado a Mario Marín, coordinaba la campaña de Peña Nieto antes de unirse a Morena para asegurar un escaño en el Senado en 2018”, rezan.
También se revivió la campaña de llamadas telefónicas robotizadas para apuntalar a Ignacio Mier.
Entre las 14:00 horas del sábado y la mañana del domingo, la intensidad fue brutal.
Hubo personas que recibieron hasta 20 llamadas en un solo día.
En sus encuentros con la prensa, en su gira de fin de semana, Mario Delgado y la presidenciable Claudia Sheinbaum no aportaron mayores datos.
Más bien hubo declaraciones que suenan a advertencias.
Todos conocían las reglas, dijeron.
Las aceptaron.
No hay margen para la inconformidad, porque también firmaron que respetarán la definición de género en sus estados.
Los dos dijeron lo mismo en San Luis Potosí, en Querétaro y en el Estado de México: que no habrá división.
Esa afirmación tiene señal de ser más un deseo que una proyección.
Por supuesto que habrá inconformes.
Sin duda, se darán amagos de rompimiento.
Comienza la semana de las definiciones.
De los últimos jaloneos.
De la intentona de chantajes.
De la búsqueda de intermediación de los padrinos nacionales.
El escenario del caos se está configurando.
El reloj corre para que los dirigentes planchen los acuerdos.
Puede ser que no lo consigan.
En Puebla, desde ahora, y a menos que ocurra un milagro, hoy el rompimiento se ve inminente.
El proceso poblano está fuera de control.
Morena siendo Morena.
Los poblanos y poblanas siendo poblanos y poblanas.