Ícono del sitio Puebla Online

LOS BENEFICIARIOS DEL CHOQUE ALEJANDRO ARMENTA-IGNACIO MIER

Como estaba previsto, la guerra de lodo, es decir, el intercambio de golpes mediáticos y políticos entre el senador Alejandro Armenta Mier y el diputado federal Ignacio Mier Velazco no sólo va en aumento y presagia tormenta en Morena Puebla.

También abre el camino a la conocida teoría del “tercero en discordia”.

O el “Plan C”.

Es decir, que la candidatura a la gubernatura recaiga no en Armenta, tampoco en Mier, ambos punteros en sus propias encuestas, sino en otro perfil, hombre o mujer, que pueda unir a los distintos grupos de la 4T y que sobre todo evite la derrota electoral, como sucedió en Coahuila.

Ni Alejandro Armenta ni Ignacio Mier garantizan, al menos hasta hoy, que no habrá ruptura; observados con lupa, ambos están siendo vistos con gran desconfianza por más que se hayan envuelto en la bandera lopezobradorista para sumarse a la guerra contra la Suprema Corte.

Su comportamiento, típicamente priista -nunca han dejado de serlo-, empieza a causar enorme preocupación en las cúpulas de poder tanto nacional como estatal.

No son casuales los escándalos en los que últimamente se han visto involucrados.

Y todo mundo sabe, no se requiere ser adivino para saberlo, que las hostilidades subirán aún más de tono y frecuencia en tanto se acerque la fecha en que, en Palacio Nacional, tengan que resolver el Caso Puebla.

Es ahí donde aparecen, como alternativas, tres claras opciones: Rodrigo Abdala Dartigues, Claudia Rivera Vivanco y Olivia Salomón Vivaldo.

Con sus positivos y negativos, sus fortalezas y debilidades, sus fobias y filias, sus amigos y enemigos, parece que ellos tres entienden -o han entendido mejor- los códigos de Morena.

Y aguardan, pacientes, que Armenta y Mier acaben de destrozarse para entonces surgir como ese “tercero” o esa “tercera” en discordia que abandere la causa de la 4T en Puebla.

Rodrigo Abdala, delegado de Bienestar, le sigue apostando a su trabajo cotidiano, que no es cualquier cosa porque consiste básicamente en aterrizar los programas sociales consentidos del presidente Andrés Manuel López Obrador a cada vez más poblanos y poblanas.

Su plataforma ya la quisieran Armenta y Mier.

Ese contacto permanente con la base de apoyo y el mercado electoral de López Obrador, es su principal fortaleza.

También que es fundador de Morena, es decir, se sumó al proyecto primero que muchos oportunistas y eso tiene un enorme valor en el ánimo de “El Gran Elector”.

Hay, además, otro dato duro que convierte a Abdala en una seria opción:

En lo que va del sexenio, son 5 los delegados de Bienestar que, desde esa posición, saltaron a la gubernatura de sus respectivos estados.

A saber:

Baja California Sur: Víctor Manuel Castro Cosío.

Colima: Indira Vizcaíno Silva.

Tlaxcala: Lorena Cuéllar Cisneros.

Estado de México: Delfina Gómez Álvarez.

Tabasco: Carlos Manuel Merino Campos.

Nadie dice que esto garantice que Rodrigo Abdala vaya a ser el candidato.

Sólo que no sería inédito, ni nada extraño, que el delegado de Bienestar llegara a la gubernatura.

El caso de Claudia Rivera también es interesante.

Si bien tiene diversos negativos por su desempeño como presidenta municipal de Puebla, y arrastra el fracaso de 2021 al intentar reelegirse, su apuesta de convertirse en la “tercera en discordia” se basa en al menos cinco pilares fundamentales:

1. Es fundadora de Morena, como Abdala.

2. En Palacio Nacional la ven bien, muy bien, por la acre disputa que, como alcaldesa, sostuvo con el entonces gobernadorMiguel Barbosa Huerta cuando se opuso con firmeza a que éste le impusiera a gente ligada a Ardelio Vargas Fosado(versus Genaro García Luna) en la Secretaría de Seguridad Ciudadana del municipio.

3. También el presidente López Obrador le reconoce el pago de la deuda pública que Puebla capital arrastraba desde 2005.

4. En todas las encuestas, en todas, aparece o en segundo lugar o en tercer lugar, detrás de Alejandro Armenta o Ignacio Mier según sea el caso.

5. Es mujer; es decir, el importantísimo factor del género la favorece si, como parte del gran ajedrez nacional, se determina que la candidatura será para alguien del género femenino.

En cuanto a Olivia Salomón, por supuesto que también el factor del género podría impulsarla a la candidatura.

Pero eso no es todo:

Como quedó claro el pasado viernes durante una concurrida comida en Atlixco con motivo de su cumpleaños, la secretaria de Economía es la carta-mujer del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina y de no pocos grupos económicos, sociales y mediáticos, los cuales no dudarán en apoyarla en caso de que sea la candidata.

Víctima de rumores, de fuego amigo y de la maledicencia de quienes la quisieran “fuera de la jugada”, la funcionaria ha dadoexcelentes resultados, sobre todo en materia de inversiones para Puebla y en medio de condiciones adversas tras los estragos económicos que dejó la pandemia de COVID-19 en el estado.

La han “bajado” varias veces de la carrera por Casa Aguayo; incluso han anunciado su salida del gabinete, pero la realidad -esa terca- insiste en desmentirlos.

Y, por si fuera poco, suma algo que por lo que se ve a la distancia no tienen ni Armenta ni Mier: la confianza, la cercanía y el agradecimiento de la virtual candidata de Morena a la Presidencia de la República.

Es decir: Claudia Sheinbaum, con quien Olivia Salomón ha construido una relación discreta pero sólida, que sigue causando envidias y recelos en quienes se asumen como los únicos poblanos con acceso a ella.

Se entiende, y se sabe, que Sheinbaum no va a imponer al candidato o a la candidata a la gubernatura de Puebla.

Pero sí que su voz, poderosa voz, y eso que llaman derecho de veto, seguramente influirá a la hora de las definiciones, sobre todo si el perfil garantiza que el partido se mantendrá unido y la victoria electoral en el estado.

Sí, que no le digan, que no le cuenten:

En Puebla sigue sin haber nada para nadie y la posibilidad del “Plan C” se robustece.

Salir de la versión móvil