La senadora panista Nadia Navarro Acevedo, que nunca antes de la elección de 2018 fue militante ni simpatizante del PAN, buscará la reelección, pero ahora por la vía del PRI, del que tampoco ha sido recientemente integrante.
Todo eso, a pesar de que es, junto con su papá, Carlos Navarro Corro, la dueña del instituto político local poblano Pacto de Integración Social (PSI), que ya definió que irá en la alianza del Frente Amplio por México: PAN, PRI y PRD.
¿Enredado?
No es todo.
Hábil y muy inteligente, Nadia Navarro deja fuera de la jugada a los tiburones del tricolor, le dedica una trompetilla a Morena y exhibe un apoyo claro a favor de la candidatura de Eduardo Rivera Pérez a la gubernatura.
¡Vaya trama!
Vayamos por partes en esta intriga de traiciones y enredos, casi propia de una tragedia shakespeariana (propia de William Shakespeare), aunque por su nivel hay que tropicalizar a chespiriana (propia de Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, quien tomó su apodo de un juego con el apellido del genial dramaturgo inglés).
El PSI, partido que en su tiempo y en su circunstancia fue fundado por el hoy preso por feminicidio Javier López Zavala, quien luego lo entregó a Rafel Moreno Valle, ha sobrevivido como bisagra para el sistema en turno.
Rompe elecciones municipales cerradas.
Contribuye a ganar comicios estatales también muy competidos.
Se beneficia de escenarios polarizados, pero sirve al patrón en turno y siempre saca una enorme ganancia.
Lo ha hecho siempre.
Para eso fue creado.
Lo hizo con Rafael Moreno Valle, con quien se negoció la candidatura al Senado de Nadia Navarro por el PAN.
Lo hizo con el difunto gobernador Miguel Barbosa.
Y ahora para 2024, sostuvo acercamientos con Morena.
Incluso, cuando presentaron la alianza lopezobradorista en Puebla, a mediados de septiembre pasado, incluyeron el logo del PSI en la mampara de la conferencia de prensa, pero a última hora no se presentó su dueño, Carlos Navarro Corro, papá de Nadia.
Luego, desmintió su apoyo a la Cuarta Transformación (4T), pero siguió negociando en lo oscurito, con unos y con otros.
Hay fuentes de alto nivel que aseguran que Morena y sus operadores ya le habían concedido varias candidaturas, incluidas las alcaldías y la diputación local de Tecamachalco.
Pero simuló.
Los Navarro querían la senaduría para Nadia.
Su reelección.
Y sí, se le concedió.
Al ir en la primera fórmula del Frente Amplio por México, tiene el boleto casi asegurado para permanecer en el escaño que ahora ocupa por el PAN.
Un dato adicional: en los años que lleva en el Senado, Nadia tuvo la suerte de hacerse muy pero muy buena amiga de Xóchitl Gálvez, quien hoy es precandidata presidencial del Frente Amplio por México (PRI, PAN y PRD).
Y por supuesto, la amiga de Gálvez no podía quedar sin cobijo.
Y la voz de Xóchitl por supuesto que influyó.
La tarde de este miércoles, el presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, Alejandro Moreno, Alito, presentó a Nadia Navarro, a través de un mensaje en sus redes, como la nueva integrante de la bancada tricolor en el Senado.
Luego lo confirmó la misma Nadia en su cuenta de X.
“Les comparto que en 2024 buscaré mi reelección como Senadora de la República para seguir sirviendo y representando a #Puebla y a todas y todos los poblanos.
“Por ese motivo, a partir del día de hoy, paso a formar parte del Grupo Parlamentario del #PRI en el Senado, partido que forma parte del Frente Amplio por México junto al PAN y al PRD, con los cuales seguimos haciendo equipo por lo que más conviene a nuestro país y a nuestro estado”, escribió la senadora.
Jugada de dos bandas:
Nadia Navarro ayuda a los priístas a no quedar tan relegados en el Senado, luego de que han perdido escaños tras las renuncias de Osorio Chong, Ruiz Massieu, Eruviel Ávila y Nuvia Mayorga.
Y también garantiza ir a ese lugar en primera fórmula por Puebla, que en la alianza opositora se entregó al tricolor porque el PAN se queda con las candidaturas a la gubernatura (Eduardo Rivera Pérez) y a la alcaldía capitalina (Mario Riestra).
Pero, para que todo esto ocurriera, muchos resultaron damnificados.
El primero, el todavía (quién sabe si deje ahora al PRI) coordinador local de la bancada tricolor, Jorge Estefan Chidiac, a quien desde hace tres años le prometió Alito una senaduría.
Jorge Estefan Chidiac podrá decir que Alito lo traicionó.
Pero el campechano podrá revirarle, porque el poblano lo traicionó primero al incumplir en diciembre de 2022 el acuerdo de poner a un afín del diputado Ignacio Mier en la gubernatura como sustituto de Miguel Barbosa Huerta (quien murió exactamente hace un año).
Todo un clásico shakespeariano, pero para nuestro caso poblano, es en realidad apenas chespiriano.
También se queda fuera Néstor Camarillo, quien, eso sí, ya amarró la candidatura en segunda fórmula al Senado, la que no le sirve de nada, porque sólo podría entrar si su alianza gana la contienda.
Eso muy probablemente no ocurrirá.
Pero hay más: la senadora Nancy de la Sierra Arámburo, quien dejó el PT, partido por el que llegó a la Cámara Alta; luego se pasó al Grupo Plural y hace poco regresó al PRI, se queda con la promesa incumplida de la reelección.
Claro, a menos que sea por la vía de Lista Nacional (plurinominal), lo que también está en chino.
Pero, ¿por qué es tan codiciado el PSI?
Carlos Navarro dice que representa 150 mil votos en el estado.
Y debe ser cierto, pues tanto Morena y sus aliados como el PAN y los suyos se lo disputaron hasta el último momento.
Los Navarro volvieron a jugar y nuevamente se salieron con la suya.
Nadia garantiza seguir en el Senado; su papá seguramente también se reelegirá como diputado local, y al PSI se le respetarán las candidaturas en aquellos municipios donde hoy gobiernan.
Un dato adicional para esta obra chespiriana: el PSI también irá en alianza con PAN, PRI y PRD por la alcaldía de Puebla.
Algo de lo que se beneficiará Mario Riestra.
Se calcula que el PSI le sumará unos 15 mil votos, votos que en una elección cerrada, como la que se anticipa, podrían marcar la diferencia entre ganar o perder.
Vaya regalo anticipado de Navidad obtenido por los Navarro y su franquicia.
Rebasaron por la derecha a Jorge Estefan Chidiac y Néstor Camarillo y, a menos que estos dos personajes tengan un as bajo la manga, se van quedar como los chinitos: nomás milando.
Sí, una postal muy chespiriana, donde los engaños, las medias verdades, las mentiras completas y sobre todo las traiciones estuvieron a la orden del día.
Con perdón de don William Shakespeare.