Quienes pensaron que, con la definición de la candidatura presidencial de Morena, presentada como Coordinación Nacional de Defensa de la Transformación y que ganó Claudia Sheinbaum, se había llegado a puerto seco y comenzarían a perfilarse las decisiones en los estados con gubernatura en juego, estaban muy equivocados.
Y es que en los últimos días y horas se ha cimbrado tanto el partido del Presidente de la República, que en Puebla, que es lo que nos importa, la única definición es que “cualquier cosa puede pasar” y sigue sin haber “nada para nadie”.
Ahí está de ejemplo la sorpresiva renuncia de Olivia Salomón Vivaldo como secretaria de Economía, para constatarlo.
Cercana a Claudia Sheinbaum, la empresaria y funcionaria -todavía lo será hasta el 15 de septiembre- dijo, en su despedida, anunciada primero que nadie a través de sus redes sociales por el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, que “en Puebla es tiempo de las mujeres y yo estoy preparada para ser la próxima gobernadora de nuestro estado”.
Olivia Salomón, se entiende, va con todo y alguna señal o bendición habrá recibido al respecto en las últimas horas en la CDMX; de otra forma no se entiende su salida de la dependencia que ocupa desde el inicio del actual sexenio. Se consolida como la carta femenina de Sheinbaum para Puebla, por encima de la ex alcaldesa capitalina Claudia Rivera Vivanco.
Un intenso y movido fin de semana en el que, además, el ex secretario de Gobernación, Julio Huerta, y el diputado federal Ignacio Mier pudieron saludar y tomarse la foto con Sheinbaum.
Momentos muy buscados y esperados por ambos que sus respectivos equipos de comunicación capitalizaron, o intentaron capitalizar, al máximo tanto en medios de comunicación como en redes sociales. Sheinbaum apareció muy cálida con Julio Huerta en imágenes que circularon en el “círculo rojo” e Ignacio Mier fue efusivamente aplaudido por Sheinbaum al ser presentado como uno de los asistentes al Consejo Nacional de Morena.
Todo eso mientras trascendía que la dirigencia nacional del partido, como adelantamos aquí hace una semana, será ocupada por el ex secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.
¿Eso mueve las cosas en Puebla?
Por supuesto.
Pero todo está en el terreno pantanoso de las especulaciones.
Habrá quienes digan que la salida de Mario Delgado le afectará a Ignacio Mier en sus aspiraciones.
Porque Delgado era su compadre y le debe mucho apoyo.
Muchísimo.
Constante y sonante.
Pero la llegada de Adán Augusto López, quien al final de la contienda interna del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) terminó en cuarto lugar, también le podría ayudar.
Porque con el tabasqueño, el poblano es “hermano”.
Aunque el resultado en el estado, especialmente, en donde los operadores de Nacho Mier le fallaron a López Hernández, pareciera que le quitó puntos en el cariño del ex titular de Gobernación federal.
Ahora bien, Claudia Sheinbaum pareciera que no tomará todas las decisiones.
Algunas serán negociaciones en las que se ve la mano de Andrés Manuel López Obrador.
Ella acatará.
Si bien recibió el Bastón de Mando, puede que haya sido más simbólico que real.
Luego viene el tema de los acuerdos con los derrotados.
¿Puede, por ejemplo, el mismo Augusto López Hernández pedir Puebla para su “hermano”?
¿Quiere hacerlo?
O Ricardo Monreal, convertido en el sotanero de la contienda nacional, ¿le sirve como interlocutor y como negociador a Alejandro Armenta, quien también estuvo en el Consejo Nacional de Morena, pero no logró sacarse la foto con Claudia Sheinbaum?
¿Qué implicaciones tiene para Sheinbaum, para su equipo y para las nueve gubernaturas, la llegada de Adán Augusto al Comité Ejecutivo Nacional de Morena?
Puede ser solamente consolación y membrete.
O, en cambio, un poder compartido real.
Adán Augusto López podría ser la cuña para Claudia, enviada por Palacio Nacional.
Por lo pronto este domingo, en la Tercera Sesión Ordinaria del Consejo Nacional de Morena, también tuvo una reunión con gobernadores.
Destacó el diálogo con el poblano Sergio Salomón Céspedes Peregrina, con quien intercambió elogios y agradecimientos y platicaron del 2024 en el estado.
En Puebla todo se está moviendo y todo tiene o tendrá repercusiones.
Algunos podrán en duda la permanencia de la dirigencia local de Morena, que encabezan la diputada local con licencia Olga Lucía Romero Garci-Crespo, y el ex dirigente perredista Agustín Guerrero Castillo.
Ellos son barbosistas.
Fueron llevados a esas posiciones por el finado gobernador Miguel Barbosa Huerta.
Con los relevos en la dirigencia nacional bien puede venir la oportunidad de también renovar la local.
Será cosa de torcer un poco los estatutos o forzar las renuncias.
Ahora bien, en una nueva dirigencia, ¿quién llevará mano?
Todo eso ocurre a unas semanas de que, como se había anunciado, se emita la convocatoria para los estados y se defina, antes, el género en cada uno.
Todo se mueve.
Nadie se mueva.
Por ahora.
Porque “cualquier cosa puede pasar”.
Y sigue sin haber “nada para nadie”.