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EL HELIPUERTO “FIFÍ” DEL COMITÉ DIRECTIVO ESTATAL DEL PAN PUEBLA

Una verdadera cloaca es lo que hay detrás de la onerosa, innecesaria construcción del nuevo edificio del Comité Directivo Estatal del Partido Acción Nacional en Puebla.

A reserva de pronto ofrecerle todos los detalles de una investigación de todas y cada una de las irregularidades en torno al millonario capricho de la dirigente del PAN, Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández, le adelanto que el proyecto contempla… ¡un helipuerto!

Sí, no es broma.

A la presidenta del CDE del PAN le pareció una gran idea, en tiempos como los que vive el país, mandarse a hacer un bonito helipuerto “fifí” para, seguramente, evitarse el tráfico y llegar rápida y veloz en helicóptero a sus tan importantes juntas y reuniones.

Si se observa con cuidado el comprobante del pago electrónico por la licencia de construcción mayor, expedido el 6 de enero 2023 por la Secretaría de Gestión y Desarrollo Urbano del ayuntamiento de Puebla -que costó a los panistas 64 mil 262 pesos con 61 centavos-, se observará que efectivamente, ahí aparece claramente contemplado un helipuerto.

¿Alguien sabe si el edificio del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, en la colonia Del Valle de la alcaldía Benito Juárez en la Ciudad de México, cuenta con un helipuerto?

¿O alguno de los comités estatales del partido a lo largo y ancho del país?

El dato lo desconozco, honestamente, pero el Comité Directivo Estatal en Puebla sí tendrá uno en su sede de la calle Tulipanes en la colonia Bugambilias, donde en estos días albañiles trabajan a marchas forzadas.

Los detalles técnicos de multicitado helipuerto sólo los conoce Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández y algunos cuantos de sus allegados -no cuente por supuesto entre ellos al secretario general, Marcos Castro-.

Pero además de la excentricidad que esto evidentemente representa, y no sólo por el costo o sobre costo -que incluso al parecer obligará a vender el viejo y emblemático edificio del PAN en el Barrio de Santiago-, hay varios problemas.

Uno de ellos es obtener el permiso de la Agencia Federal de Aviación Civil para el aterrizaje de helicópteros en una zona habitacional como la colonia Bugambilias.

Otro es conseguir un estudio aeronáutico para la viabilidad aérea y todos los instrumentos y balizajes que se requieren para el registro del helipuerto.

De lo contrario no podrá operar, como desea y sueña la dirigente del blanquiazul, y el partido se haría acreedor a fuertes multas por incumplir la ley.

En Puebla ha habido hoteles -algunos de lujo- que han querido contar con un helipuerto y las autoridades federales no se los han permitido.

Según especialistas citados por el sitio web especializado Alto Nivel, habilitar un helipuerto requiere una inversión de entre 2 y 8 millones de pesos.

La construcción de lo que será el nuevo edificio del PAN en Puebla, cuyo costo inicial se calculó en 7 millones de pesos, pero ya va en más de 13 millones de pesos, ha sido duramente criticada por los propios militantes de Acción Nacional.

Y es que dicen que en lugar de consolidar estructuras, fortalecer los comités municipales y aceitar las maquinarias rumbo a la crucial elección de 2024, cuando estarán en juego la gubernatura, las 217 alcaldías, el Congreso del estado y las diputaciones federales y senadurías, a Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández le pareció mejor idea mandarse a construir un inmueble más grande, más cómodo, con estacionamiento -tema este último en particular que hiede a kilómetros de distancia pues, al parecer, se han apropiado de un bien de dominio público para construirlo- y… ¡con helipuerto!

Morena y sus precandidatos, tanto a nivel nacional como estatal, tienen miles de anuncios espectaculares y bardas promoviendo su marca o sus nombres y rostros entre el electorado, pero el PAN poblano prefirió gastar en un nuevo edificio sede.

Así la visión, así el talento, así la escala de prioridades.

En otras palabras: 

Al PAN poblano le faltarán soldados, estrategas y armamento durante la guerra electoral de 2024; ¡ah!, pero eso sí, va a tener un gran cuartel, al que su dirigente va a poder llegar -o al menos ese es el plan retratado en la licencia de funcionamiento que aquí se publica- ni más ni menos que… ¡en helicóptero!

Como diría el clásico:

“¡Nombre, unos genios!”.

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