EL CENTRO HISTÓRICO DE PUEBLA Y LA ALERTA DEL ICOMOS
Arturo Luna Silva
A mediados del pasado mes de agosto, el presidente del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) Mexicano A.C., Dr. Saúl Alcántara Onofre, y el coordinador en Puebla de la misma organización internacional no gubernamental asociada a la UNESCO, Dr. Andrés Armando Sánchez H., enviaron una advertencia a las autoridades estatales y municipales sobre la intervención que sufren varias calles del Centro Histórico.
En una carta de cuatro cuartillas, manifestaron su preocupación por la utilización de concreto hidráulico, “un material que ha sido usado de manera indiscriminada, cuyas secuelas en el medio ambiente es desconocido por muchos”.
Los especialistas señalan que “gran parte de los gobiernos apuestan por esta intervención ante la falta de mantenimiento, la durabilidad y las condiciones de seguridad en el uso rudo y pesado”.
Sin embargo, “el uso del concreto hidráulico estampado en centros históricos expone la necesidad de incorporar más vegetación en el arroyo de las avenidas. Aprovechando, la inserción de concreto en estos días, como es el caso de Puebla, Puebla, donde se aprecia la inexistencia de espacios para árboles y la necesidad de usar otro material”, como el concreto ecológico, “que permite la filtración de agua de lluvia para recargar los mantos acuíferos, la no captación de agua y la necesidad de bajar las temperaturas en espacios urbanos patrimoniales para dar calidad de vida, y no la protección de un conjunto de edificios históricos, solamente”.
En ese contexto, ICOMOS, que entre sus principales funciones tiene la de evaluar las candidaturas a la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO y vigilar que los elegidos cumplan con las normas internacionales del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, hace “un llamado respetuoso a la actuación institucional que permita, de manera urgente, evitar tales acciones en un conjunto con varios reconocimientos como Zona de Monumentos Históricos desde 1977, Zona Típica Monumental desde 2005, y por supuesto la inscripción en la lista de patrimonio mundial desde 1987 por la UNESCO”.
Esta es la carta fechada el pasado 27 de agosto: