EDUARDO RIVERA, POR FIN LA DEFINICIÓN: VA POR LA GUBERNATURA
Arturo Luna Silva
Tras meses de cálculos e incertidumbre sobre su futuro político, el alcalde capitalino, Eduardo Rivera Pérez, se destapó por fin para la gubernatura de Puebla.
Lo hizo sin titubeos ni tibiezas, en el marco de su Segundo Informe de Gobierno.
El panista dejó atrás las dudas, las muchas dudas que tenía, y afirmó: “estoy listo, Puebla“.
La aseveración, que para muchos ya resultaba un tanto obvia desde la espera, se concretó finalmente en su acto político en un Auditorio GNP lleno hasta las lámparas.
Antes celebró la sesión solemne de Cabildo, con el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina como invitado especial.
Así, se cumplió el carácter institucional y se evitaron interpretaciones partidistas.
“Vamos a un informe, no a un destape”, había dicho días atrás el mandatario poblano, de filiación morenista.
La cortesía y la pulcritud prevalecieron.
Eduardo Rivera agradeció a Sergio Salomón su acompañamiento, su respaldo, su buen trato, su disposición y su amistad.
Y Sergio Salomón, al dirigir unas palabras, no desaprovechó la oportunidad para hacer un llamado a los alcaldes, a todos los alcaldes del estado, a no desconcentrarse de sus tareas por las elecciones de 2024.
Luego, ya en el acto masivo en el Auditorio GNP con seguidores, trabajadores del Ayuntamiento, líderes de las colonias y la clase política, principalmente de la oposición, Eduardo Rivera soltó las ataduras protocolarias.
El momento, el escenario y los espectadores -entre ellos el gurú de la oposición Claudio X. González– fueron bien aprovechados por el panista.
En la lista de asistentes, en primera fila, dos de los presidentes nacionales y todos los locales de los partidos que integran el Frente Amplio por México.
Marko Cortés, del Partido Acción Nacional (PAN), quien ya había destapado a Rivera Pérez el pasado 21 de septiembre.
Jesús Zambrano, del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Sólo faltó Alejandro Moreno Cárdenas, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero hasta eso resultó conveniente, por la pésima imagen del campechano.
También en primera fila la virtual candidata presidencial del Frente, Xóchil Gálvez, quien inexplicablemente falló en la contundencia de su respaldo.
La senadora hidalguense se mostró desinformada y sobrada, al minimizar la fuerza e importancia de Eduardo Rivera, cuando fue abordada por los medios.
“Por supuesto, al ser el alcalde de Puebla, está muy competitivo en las encuestas.
“Se está trabajando con todos los partidos para llegar a un consenso, pero yo creo que esa es una decisión que están tomando los partidos locales, pero sí se perfila como un personaje muy competitivo“.
-¿Le gustaría ir con él en la boleta? – le preguntó una reportera.
-Yo estoy lista para ir con quien decidan los poblanos… -fue la respuesta que pecó de soberbia y tibieza.
Una norteada Xóchitl Gálvez, a quien le gana su amistad con la senadora Nadia Navarro, pareció desdeñar al alcalde capitalino.
Nadie le ha informado que Eduardo Rivera representa la única posibilidad de que ella obtenga una alta votación en el estado.
Y de ninguna manera puede ser al revés.
Porque hoy la candidatura de Xóchitl Gálvez no solamente se ve muy frágil, sino que ha venido constantemente a la baja, como lo hemos venido comentando en los últimos días.
En contraste, Eduardo Rivera fue enjundioso.
Directo.
Frontal.
Ya no anduvo por las ramas.
¡Por fin!
A partir de este domingo ya nadie puede dudar que va por la gubernatura.
“No es el momento de dudas, no es el momento de miedos, es el momento de certezas, es el momento de la valentía.
“Si ustedes quieren que me la juegue por una mejor Puebla, y si ustedes quieren que me la juegue por un mejor México, saben que cuentan conmigo.
“Vamos juntos, estoy listo amigas y amigos, estoy listo Puebla“, dijo al final de su discurso.
Sus seguidores, colaboradores e invitados corearon de inmediato: “gobernador, gobernador “.
Así quedaron atrás las dubitaciones.
Los días de incertidumbre.
Los titubeos.
Las salidas en falso.
La decisión y el anuncio de Eduardo Rivera tienen además y efectivamente un valor especial.
Porque lo ha hecho sin esperar las definiciones en Morena.
Es decir, sin saber quién será su adversario o adversaria en la boleta.
¿Olivia Salomón?
¿Ignacio Mier?
¿Claudia Rivera?
¿Rodrigo Abdala?
¿Alejandro Armenta?
¿Julio Huerta?
¿Liz Sánchez?
Mientras llega la respuesta -al parecer el próximo 30 de octubre-, el Frente Amplio por México ya tiene candidato.
¡Bienvenido a la contienda electoral!