DE BARES, CANTINAS, “CHELERÍAS” Y DEMÁS BOMBAS DE TIEMPO PARA UNIVERSITARIOS
Arturo Luna Silva
La escena es triste, dramática y sinceramente estremece el corazón como padre de familia.
Es un joven, casi un niño, solo que en vez de juguete lleva un vaso en la mano, lo sostienen sus amigos para evitar que se caiga, lo llevan prácticamente “de aguilita”, como coloquialmente se dice.
Va tremendamente ebrio, en el menor de los casos; en el peor (espero que no), intoxicado por alguna sustancia ilícita.
La escena no es afuera de uno de los tantos y tantos bares que se ubican en la ciudad de Puebla.
Es frente a la parada del metrobús “Biblioteca Central”, a escasos 20 metros de Ciudad Universitaria.
¿Cómo llegará a su casa ese joven sin poner en riesgo su integridad?
¿Sabrán sus padres que su hijo se encuentra en la calle absolutamente vulnerable y con una probabilidad por demás elevada de sufrir un accidente que ponga en riesgo su vida?
¿Qué piensa un empresario que considera que vender alcohol a los jóvenes, con el riesgo que esto representa, es un buen negocio?
¿Conocerán las autoridades esta anomalía?
En medio de las sombras de la burocracia y la ética, se alza una preocupación latente en el corazón de la comunidad educativa y ciudadana de Puebla.
La ley municipal, que busca salvaguardar la integridad y el entorno de los centros educativos, está siendo desafiada por la apertura de al menos 5 expendios de alcohol a escasos 20 metros de uno de los más importantes polos educativos del estado.
¿Quiénes se están beneficiando de esta situación por demás preocupante?
Hasta donde recuerdo, la ley prohíbe la apertura de expendidos de alcohol cerca de centros educativos y es clara y concreta en su intención: garantizar que los estudiantes tengan un entorno seguro y libre de distracciones innecesarias que puedan socavar su educación.
Sin embargo, la apertura de estos establecimientos ubicados sobre el Boulevard Carlos Camacho Espíritu: “Las Muñe Miches” y “Beirut”, y uno más sin nombre, solo identificable por un poste que contiene publicidad de la cerveza “Indio” en las proximidades de Ciudad Universitaria, así como la inminente llegada de otros dos, uno ubicado debajo del puente de la prolongación de la 14, que se llamará “La Bebé”, que anuncia su pronta apertura, y el otro en la privada de la 63 oriente y que se anuncia como “Una y Más”, hace que uno se pregunte si los intereses individuales están prevaleciendo sobre el bienestar colectivo.
Cinco bares frente a CU es algo que no puede pasar desapercibido para nadie.
Desconozco si ya clausuraron alguno de ellos, pero el mero hecho de que hayan podido establecerse, ya es algo digno de atención.
El ayuntamiento de Puebla, que encabeza el alcalde Eduardo Rivera Pérez, ciertamente ha hecho un esfuerzo para regular o prohibir el funcionamiento de este tipo de negocios casi siempre al margen de la ley.
Desde hace varios meses, semana a semana informa de clausuras y sanciones.
Pero valdría mucho la pena que los inspectores de la Unidad de Normatividad y Regulación Comercial se dieran una vuelta por una zona que debería ser un refugio de aprendizaje y crecimiento, no una franja de bares, cantinas, “chelerías” y otros similares.
El Código Reglamentario para el Municipio de Puebla señala que se deben respetar las disposiciones legales en materia de horarios, aforos, medidas de seguridad y protección civil.
Además, también señala que estos negocios no podrán instalarse a una determinada distancia de los establecimientos educativos.
Porque algo es claro:
El bienestar de la educación debe prevalecer sobre cualquier sombra de duda o interés oscuro.
Vecinos y padres de familia de la zona se preguntan por qué se permite esto.
Es imperativo tomar acciones contra estas verdaderas bombas de tiempo.
No esperemos a que comiencen a aparecer los casos de violencia, muerte, intoxicación, violencia sexual y demás delitos que lamentablemente suelen acompañar al tema de abrir antros cerca de instituciones educativas.
Por el bien de los jóvenes no debemos permitirlo.
BAR “BEIRUT” y “LAS MUÑE MICHES”, situados frente a la Biblioteca Central, divididos únicamente por el boulevard Carlos Camacho Espíritu y separados por escasos 10 metros:
BAR sin nombre, solo identificable por la publicidad de la cerveza “Indio”, sobre boulevard Valsequillo:
BAR “LA BEBÉ”, que anuncia su pronta apertura, situado en boulevard Valsequillo, debajo del puente de la Prolongación de la 14 sur:
BAR “UNA Y MÁS”, ubicado frente al Polideportivo y la Privada de la 63 oriente: