Dr. Anselmo Salvador Chávez Capó
Profesor Investigador de la UPAEP
La relación entre el presidente de la Republica Andrés Manuel López Obrador y German Larrea desde hace mucho tiempo es mala, por decir lo menos. Lo fue desde las campañas para la presidencia en el 2006, 2012 y 2018 en las cuales el empresario siempre lo consideró “un peligro para México”, lo que en mucho minó las posibilidades del actual presidente.
Pese a ello, al inicio del actual sexenio durante la crisis de la gasolina Grupo México puso a disposición del Gobierno la red de ferrocarriles para llevar la gasolina y el diésel de las refinerías a los centros de distribución de Pemex, lo cual le abrió posteriormente las puertas de la 4T y el primer y único contrato: el Tramo 5 del Tren Maya, trance que terminaría siendo el centro de disputa cuatro años después.
Tal situación hace evidente que en el entorno de los negocios, así como el de la política, los agravios pueden ser enteros, más cuando ambos contrincantes son muy poderosos (El Presidente de la Republica vs el segundo hombre más rico de México)
Una vez que se cuenta con este contexto, se presenta una descripción de hechos que sacudieron el mundo de los negocios y la política la semana pasada.
Uno de los proyectos insignia del gobierno actual (eventualmente el que mayor viabilidad económica y operativa tiene) es el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, o Corredor Transístmico.
Como su nombre lo indica, se trata de un proyecto cuyo propósito es conectar los océanos Atlántico y Pacífico a través de una ruta de transporte ferroviario de 200 kilómetros que une a los puertos de Coatzacoalcos, Veracruz, y Salina Cruz, Oaxaca. El problema es que uno de los tramos lo tenía concesionado Grupo México.
Debe considerarse que durante la semana pasada, López Obrador había pedido a Larrea que cediera el tramo de vía férrea que, según la Marina, era la forma más rápida de construir el tren del Istmo, pero el magnate minero se habría negado y ofreció construir una vía paralela. El presidente dijo que no.
De manera paralela, Grupo México había estado en negociaciones con Citigroup para comprar la operación minorista del banco mexicano Banamex desde diciembre pasado, pero las conversaciones se prolongaron en demasía.
Los resultados de estas disputas se vieron el viernes pasado. Parte de la unidad ferroviaria de Grupo México en el istmo de México fue incautada por militares, esto
es, un tramo del ferrocarril de Ferrosur S.A. (unidad de Grupo México, controlado por el multimillonario Germán Larrea) en Coatzacoalcos, Veracruz fue considerado de utilidad pública y transferido a una entidad gubernamental denominada Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, que ahora será operado por la Armada, lo cual a su vez complicó la oferta de la empresa minera para comprar el Citi Group.
En este sentido Citigroup empezó a distribuir un comunicado por todo el mundo, en el que informaba que ya no vendía Banamex, lo blindaba y lo sacaría a bolsa hasta 2025, debido a que, de acuerdo a medios periodísticos, German Larrea habría dicho que no tenía sentido gastar 7 mil millones de dólares, “si en cualquier momento me lo pueden quitar”.
Así nuestro presente, así nuestro futuro.