El volcán Popocatépetl ha intensificado su constante actividad en los últimos días. Las emisiones de ceniza de Don Goyo —como se le conoce popularmente— han provocado retrasos y cancelaciones de decenas de vuelos que transitaban por los aeropuertos cercanos al cráter.
Durante el pasado fin de semana, el Popocatépetl llevó al cierre de los aeródromos Hermanos Serdán, de Puebla, el capitalino Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y el de Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA, en Estado de México).
La actividad ha llevado, además, a plantear la evacuación en los municipios cercanos, ha cancelado las clases en algunos municipios y ha llevado a la movilización de más de 6.500 agentes de las Fuerzas Armadas para mantener la seguridad.
El AICM explicó durante los últimos días los efectos de este tipo de emisiones volcánicas. “[La ceniza] bloquea los sensores de vuelo, afecta a las antenas de comunicaciones, daña las turbinas. En vuelo o en tierra es absorbida por las turbinas. Obstruye las pistas. Daña a personal operativo en tierra”, exponía en una infografía.
Ana Martínez viajó el pasado martes a Hermosillo, en Sonora, desde Ciudad de México para visitar a su familia por su cumpleaños. Su vuelo de vuelta estaba fechado el sábado. “Mi mamá me comentó lo que había sucedido con el volcán, pero no lo tuve mucho en cuenta”, explica a este diario por teléfono.
Las afecciones del Popocatépetl provocaron que su viaje tuviera varios retrasos y cancelaciones. Dos días después, y tras dar aviso de su situación en el trabajo, Martínez prevé llegar finalmente al AICM.
El de Martínez es uno de los cientos de vuelos que la actividad del Don Goyo ha complicado. Solo este lunes, Aeroméxico calculó afecciones en una treintena de viajes.
La lista emitida por la aerolínea muestra en centenas de ejemplos de vuelos afectados por las cenizas del Popocatépetl desde el pasado sábado.
Un ejemplo de esta situación podría verse también en las pistas del AICM, donde cientos de pasajeros tuvieron que esperar el pasado domingo en el interior de la aeronave por la alta afluencia de aviones en la pista, que provocaba una limitación de espacios de desembarque.
Abraham Mercado fue de vacaciones la semana pasado a San José, en Costa Rica. “El sábado 20 estaba programado mi vuelo con Aeroméxico a las 12.47. Me notificaron con un mensaje de texto a las 9.00 de la mañana que mi vuelo había sido cancelado”, cuenta a este diario. Mercado tuvo que quedarse una noche más en un hotel de la capital costarricense, a esperas de que su vuelo saliera. El domingo le volvieron a retrasar el vuelo hasta las 12, cuando ya pudo viajar de vuelta a Ciudad de México.
“Me pongo a pensar en las personas que resultaron afectadas y no siempre que no tenían previstas este tipo de situaciones. Fue un poco engorrosa la situación, pero ya estamos aquí, en México”, concluye.
Fuente: El País