Médicos del Hospital de Niños de Boston realizaron con éxito una novedosa cirugía cerebral en el útero de una madre, después de que el feto fuera detectado con una malformación de la vena de Galeno.
De acuerdo al diario CNN, la cirugía fue realizada en el útero antes de que el bebé naciera, la cual, fue guiada por un ultrasonido. El feto presentaba una afección en el vaso sanguíneo que trasporta sangre desde el cerebro hasta el corazón, también conocida como la vena de Galeno, no se desarrolla correctamente.
La malformación, conocida como VOGM, resulta en una cantidad abrumadora de sangre que estresa la vena y el corazón y puede conducir a una cascada de problemas de salud.
El doctor Darren Orbach, radiólogo del Hospital Pediátrico de Boston y experto en el tratamiento de VOGM, indicó que son “tremendas lesiones cerebrales e insuficiencia cardiaca inmediatamente después del nacimiento son los grandes desafíos”.
Aunque por lo general los bebés son intervenidos después del nacimiento, puede que el tratamiento sea demasiado tarde, del 50 al 60 por ciento de todos los bebés con esta afección, se enfermará gravemente de inmediato. Y para ellos, parece que hay una mortalidad de alrededor del 40 por ciento”, dijo Orbach.
Dedek y Kenyatta Coleman estaban esperando su cuarto hijo, teniendo sus citas médicas normales y los ultrasonidos no mostraban nada especial, incluso, el embarazo fue considerado de bajo riesgo.
Pero cuando Kenyatta se hizo una ecografía a las 30 semanas de gestación, algo diferente pasó y su médico le explicó que “algo no estaba bien en términos del cerebro del bebé y también su corazón se agrandó”. Después de una investigación, se le diagnosticó al bebé VOGM
El 15 de marzo, exactamente un mes después de la ecografía que detectó la malformación, Kenyatta se sometió a una cirugía.
Los médicos tenían que asegurarse de que el feto estuviera mirando hacia la posición correcta, con la cabeza mirando hacia la pared abdominal de la madre. Louise Wilkins-Haug, directora de la división de Medicina Materno Fetal y Genética Reproductiva en el Hospital Brigham and Women’s, se asoció con Orbach para asegurarse de que el feto no solo estuviera en la posición correcta para el procedimiento, sino que permaneciera allí.
Wilkins-Haug explicó que usaron una técnica tomada de cirugías cardíacas anteriores en el útero. Una vez que el feto está en la posición óptima, “recibe una pequeña inyección de medicamento para que no se mueva y también recibe una pequeña inyección de medicamento para aliviar el dolor”.
Entonces los médicos insertaron una aguja y a través de la pared abdominal, trasladando cuidadosamente un catéter a través de la aguja para que las pequeñas bobinas de metal pudieran llenar la vena y así disminuir el flujo sanguíneo y reducir la presión.
Después el bebé mostró signos de mejoría a corto plazo con exploraciones que demostraban una disminución de la presión arterial en áreas clave.
El bebé nació seis semanas antes de lo programado. Dos meses después del nacimiento, el menor se encuentra con salud estable, pasando la mayoría del tiempo durmiendo y comiendo. Hasta ahora no hay indicios de que necesite intervenciones adicionales.
Con información de Milenio