Estados Unidos anunció este lunes nuevas sanciones contra Irán, que incluyen al expresidente Mahmud Ahmadineyad y al Ministerio de Inteligencia militar del país, el mismo día en el que cinco estadounidenses fueron liberados como parte de un acuerdo entre ambos países.
El portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, apuntó en una entrevista con CNN que las sanciones “están relacionadas con la detención injusta de ciudadanos estadounidenses en Irán”, algo que se aplica también a este caso.
Cinco ciudadanos estadounidenses abandonaron este lunes Irán como parte de un intercambio de diez prisioneros entre Washington y Teherán, que incluyó además la descongelación de miles de millones de dólares iraníes.
Todavía no hay detalles sobre las sanciones pero, afirmó Kirby, con ellas se busca “enviar una fuerte señal a Teherán” de que seguirán responsabilizándolo por sus acciones y por sus “comportamientos desestabilizadores” de la región del Golfo.
Los estadounidenses liberados en Irán son Siamak Namazi, Emad Shargi, Morad Tahbaz y dos más que han preferido no revelar su identidad.
Todos ellos abandonaron la cárcel el pasado agosto y fueron puestos bajo prisión domiciliaria en un hotel a la espera de que se concretaran los detalles del intercambio de prisioneros negociado entre el Gobierno estadounidense y el iraní en conversaciones llevadas a cabo Omán y en Catar.
A cambio de la liberación de los cinco estadounidenses, Washington otorgará clemencia a cinco iraníes, dos encarcelados por delitos menores y tres pendientes de juicio, informó un alto cargo del Gobierno de Estados Unidos en una llamada con periodistas.
Además, Estados Unidos ha liberado 6.000 millones de dólares de fondos petroleros iraníes que estaban bloqueados en Corea del Sur como fruto de las sanciones impuestas por Washington a Teherán.
En la entrevista Kirby afirmó que este acuerdo entre Irán y Estados Unidos “tristemente” no supone un acercamiento entre los dos países, que rompieron relaciones tras la revolución islámica iraní de 1979 y la toma de rehenes de la embajada estadounidense.
“No creo que debamos ver esto como una especie de medida de fomento de la confianza para mejorar la relación con Irán”, afirmó, pues el país todavía sigue protagonizando “comportamientos desestabilizadores” en la del Golfo y, por ejemplo, proporciona drones a Rusia.
“Logramos este acuerdo simplemente para asegurar que estos cinco estadounidenses regresen a casa. No fue orquestado como alguna manera de acercamiento”, explicó.
Esta operación, afirmó Kirby, fue “el resultado de meses y meses de arduo trabajo” por parte de diplomáticos del Departamento de Estado y su culminación “no estaba vinculada a ninguna fecha o semana en particular ni nada por el estilo”.
Irán ha sido acusado de usar a presos con doble nacionalidad y extranjeros como medida de presión o para el intercambio de prisioneros con otros Estados, una práctica calificada de “diplomacia de los rehenes”.
Estados Unidos ha negado que en estas últimas negociaciones para el intercambio de prisioneros se haya tocado el tema nuclear.
Washington y Teherán estuvieron negociando sin éxito el año pasado revivir el acuerdo nuclear de 2015, que fue abandonado unilateralmente por la Administración de Donald Trump (2017-2021) y tras lo cual Irán aceleró el enriquecimiento de uranio.
Las conversaciones se rompieron y la relación se tensó todavía más con la represión de las protestas que arrancaron hace un año en Irán por la muerte de la joven Masha Amini, motivo por el que Washington ha impuesto nuevas rondas de sanciones a Teherán, la última de ellas la semana pasada.
Con información de EFE