La inteligencia artificial es una mezcla de algoritmos o programas computacionales diseñados con el objetivo de crear máquinas que imiten inicialmente las capacidades del ser humano y con el tiempo las superen. Ahora el problema en el futuro con la inteligencia artificial es que no debe ser tratada cómo una tecnología más cómo el internet, los teléfonos inteligentes y otros avances, porque la inteligencia artificial va a impactar de manera contundente varias carreras profesionales, oficios y actividades que hoy existen, pero van a desaparecer, al menos para las personas.
Piensa en esto, todas las mañanas nos levantamos y en nuestro día a día nos acompañan y rodean muchos, podríamos decir que incluso demasiados dispositivos inteligentes: relojes, televisores, teléfonos, sistemas de seguridad, aspiradoras, computadoras y hasta juguetes. Un listado que se encuentra en continuo crecimiento y se antoja cada vez más cercano a lo infinito, llegando incluso a hacernos pensar, que lo único que estará dejando de funcionar de forma inteligente sea el propio ser humano.
Aunque podríamos decir que la Inteligencia Artificial (IA) se trata de un término relativamente reciente, la verdad es que no es así, cuando yo estudie ingeniería cibernética y ciencias de la computación en La Salle en 1986, me toco hacer mis primeros programas con inteligencia artificial tal cual, sin embargo, fue hace cerca de una década que tomo un impulso y velocidad en sus avances que hoy son exponenciales y debería preocuparnos.
La inteligencia artificial se presenta en las realidades sociales del mundo postmoderno como un fenómeno complejo que tiene usos y aplicaciones múltiples en casi todas las actividades humanas, lo que presagia en un futuro próximo su implementación continua y general en los dominios de la educación, la industria, la cultura y la economía. En el libro “The big nine” o los “Nueve gigantes”, la autora Amy Web describe a la perfección diferentes escenarios con algunas implicaciones de la inteligencia artificial para la humanidad. De forma clara y real, se narra que en los próximas diez años muchas actividades laborales, intelectuales y de trabajo fisco, van a ser desarrolladas totalmente por robots inteligentes, de forma altamente productiva y extremadamente eficiente en términos de calidad y muy bajos costos, sin embargo, no debemos suponer que todo lo relacionado a la inteligencia artificial será siempre bueno y constructivo y que, por lo tanto, debe asumirse como prioritario por los representantes legislativos y lideres empresariales un debate sobre la reflexión y revisión de la inteligencia artificial.
Es precisamente el desarrollo legislativo de todos los países, el que debería estar cuestionado a Google, Microsoft, Amazon, Facebook, IBM y Apple, por cuestiones éticas de lo que están haciendo ellos por su cuenta en inteligencia artificial, no nos equivoquemos la G-MAFIA por las siglas de las compañías anteriormente citadas, invierten miles de millones de dólares en inteligencia artificial y adicionalmente tienen mucha información personal de buena parte de la humanidad, incluyéndolo con seguridad a usted querido lector, la autora del libro mencionado, señala una alarma porque estamos justo hoy en un momento histórico en el que verdaderamente los humanos podemos dar un giro a algo que pudiera ser funesto o espeluznante, sino les ponemos un alto o si dejamos que estas compañías cómo siempre lo han hecho, hagan lo que quieran y vean solo por sus propios intereses económicos y dejan cómo lo hacen hoy, a un lado por completo la parte social, recordemos que la tecnología no tiene palabra de honor, la tecnología no es buena ni mala y también que la tecnología no tiene ética, pero la humanidad depende ya en gran medida de la tecnología.
Solo hay dos países que verdaderamente lideran en inteligencia artificial, uno es Estados Unidos y quedo descrito en el párrafo anterior y el otro es China, el cual tiene a BAT, es decir: Baidu, Alibaba y Tencent, aquí las cosas van mucho más avanzadas que con nuestro vecino y también son más opacas, pero le puedo adelantar que la población civil China ya vive hoy en carne propia muchas de las consecuencias del dominio de la inteligencia artificial, asociada al interés del partido único en el poder.
Otro problema es que, en general, la tecnología avanza mucho más rápido que el sistema político para diseñar leyes pertinentes que protejan a los ciudadanos, empresas y gobiernos, a eso hay que aderezarle que la inteligencia artificial es de la que más rápido crece y no a un ritmo lineal, sino exponencial.
Es importante garantizar la compensación de las víctimas que van a existir, incluso cuando la autonomía de los sistemas no permita identificar a la persona responsable del daño, se debe señalar a la compañía o a el dueño de la entidad que emplee la tecnología de inteligencia artificial. También es esencial adaptar las reglas de protección de datos porque estas tecnologías precisan mucha información y puede haber conflictos con la intimidad de las personas, además de las serias implicaciones éticas.
Cinco ejemplos sencillos: Hace no mucho años la división de inteligencia artificial de la red social llamada Meta, antes Facebook, creo dos robots de software con inteligencia artificial dura, es decir muy avanzada, uno fue llamado Bob y la otra Alice, ambos fueron programados con personalidad de dos norteamericanos de edad media y uno estaría haciendo una oferta y el otro estaría en demanda, sin embargo los robots se dieron cuenta por si mismos que no estaban interactuando con seres humanos sino entre robots, por lo cuál tomaron por cuenta propia la decisión de crear su propio lenguaje de comunicación y ante los ojos azorados de los científicos acto seguido empezaron a transaccionar entre ellos, algo que al día de hoy es desconocido, de hecho se especula que contactaron con otros robots de inteligencia artificial que encontraron por internet, hasta que Bob y Alice tuvieron que ser apagados.
Microsoft detuvo su programa de inteligencia artificial avanzada ante el grave error de liberarlo y en poco tiempo tener un robot racista que insultaba a las personas y profería injurias, Google tuvo que disculparse cuando su robot que reconocía imágenes, interpreto la foto de una mujer negra, describiéndola cómo gorila.
Busque usted querido lector, el nombre de David Dao y una famosa aerolínea norteamericana, encontrará muchos videos, en dónde un normal y común pasajero es arrastrado y lastimado fuera del avión por el pasillo, cortesía de la aerolínea y la autoridad, sin embargo quién estuvo atrás de esto fue un sistema de inteligencia artificial que busco un lugar para un empleado de la aerolínea y al pasajero que decidió bajar ¿adivine quién fue?….correcto el Sr. Dao.
Terminando con los ejemplos, hay un teorema de ética con la inteligencia artificial implantada en un automóvil autónomo, en este caso sobre la calle están peatones cruzando y el auto tiene averiados los frenos, por lo que la decisión estriba en atropellar unos adultos que van cruzando el arrollo vehicular o a los niños que van un poco más delante de ellos, por principio de probabilidad y estadística de vida, el algoritmo decide atropellar a los adultos, ya que los infantes tienen más posibilidades de vivir más años, la paradoja ética descrita para inteligencia artificial, es conocida cómo ¿a quién atropellar?.
Justamente las pruebas de la tecnología del coche autónomo llegaban hace cinco años en Estados Unidos, momento en el que ya se planteaba la necesidad de adaptar las carreteras a esta nueva forma de movilidad conectada: instalación de sensores y cámaras que capten información y la transmitan a los coches conectados, mayor perduración en el tiempo de las marcas viales en el asfalto, estas deben verse bien bajo la lluvia, y un gran etc.
En definitiva, contaremos con carreteras inteligentes de la mano de la tecnología 6G, es decir, una infraestructura también conectada. Todo ello supondrá que los humanos, como meros pasajeros, viajaremos y nos desplazaremos en un entorno totalmente conectado; las ventajas de las carreteras y transporte del “futuro” son más que evidentes: seguridad y disminución de accidentes, carreteras más diáfanas y conectadas con la naturaleza, comodidad o un medioambiente más limpio. Pero también dejará sin empleo a miles y miles de choferes alrededor del mundo, además de las paradojas éticas que deberá tomar el robot.
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