Además de sufrir precariedad laboral, los repartidores de alimentos de plataformas como Didi Food, Uber Eats, Sin Delantal y Rappi trabajan entre el miedo de ser asaltados o que les roben sus motocicletas.
A través de Whatsapp, donde suelen organizarse en grupos para “cuidarse entre ellos”, una alerta persiste: evitar repartir en zonas como Analco, cerca de la iglesia o al sur de la ciudad pasadas las 23:00 horas.
Jaime, quien es músico profesional, pero que debido a la pandemia no puede trabajar en eventos sociales, optó por trabajar de repartidor en Rappi, pese a las bajas comisiones, la informalidad laboral y el riesgo que corren en cada entrega.
En sus primeras entregas, sus compañeros le sugirieron entrar a grupos en donde tratan de monitorearse entre sí, ya que han sido víctimas de asaltos y robos en la ciudad. Uno de ellos, hace 15 días –relata Jaime– fue a dejar un pedido cerca del Parque Ecológico, una camioneta lo seguía y alcanzó ver a sus tripulantes armados, aceleró y trató de perderlos, estaba seguro que querían quitarle su motocicleta.
En el Barrio de Analco, cerca del Centro Histórico, los repartidores de las diferentes plataformas han identificado una casa en la que suelen hacerles pedidos recurrentes, pero ya les han robado unidades al llegar. Por eso, sugieren no tomar esos pedidos o, en caso de hacerlo, pedirle a la persona que llegue hasta el Puente de Analco (a tres cuadras del domicilio) y así evitar que sean interceptados por más sujetos.
En la zona, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) tiene identificada a la banda La Mafia de Analco, vinculados a robo, extorsión a conductores del transporte público, asalto a transeúnte y narcomenudeo.
En la entidad poblana, en enero y febrero de 2021 robaron al día hasta cinco motocicletas, 54% con violencia. Una motocicleta es robada en la capital al día, de acuerdo la Fiscalía General del Estado. Aunque comparado con el primer bimestre de 2020, las investigaciones por robo de motocicletas en la entidad poblana ha disminuido en 18%.
Fuente: Crónica
