Existen diferentes presentaciones y formas de consumirla: fresca, seca, en pestos y salsas, infusiones y concentrados.

El aceite esencial NO DEBE INGERIRSE DE MANERA DIRECTA, especialmente los niños y las mujeres embarazadas, o en pacientes con gastritis, síndrome de colon irritable, colitis ulcerosas, epilepsia, enfermedad de Parkinson y otras afecciones neurológicas.

Esta hierba de olor es rica en calcio, por lo que resulta benéfica para el cuidado de los huesos y dientes, el potasio que contiene, regula el agua de las células y su movimiento.

Preparada en infusión, modera el sistema nervioso y muscular además de ser gran remedio casero para las aftas, tos y dolor de garganta. También es un excelente diurético, que te ayudará a aliviar la retención de líquidos.

Combinada con hierbas expectorantes y mucolíticas, puede ayudar a combatir la tos y algunas infecciones respiratorias en laringe, faringe y bronquios. Su característico aroma mitiga el dolor de cabeza provocado por migrañas y cefaleas, sobre todo cuando se asocian a problemas hepáticos y digestivos.

Cuando se utiliza a modo de compresas, chiqueadores o cataplasmas, contribuye a mejorar los dolores de tipo neurálgico, en ciáticas y lumbociáticas.

En caso de picaduras de insectos, heridas superficiales, eccemas y urticarias coloca un poco de albahaca triturada sobre la lesión y verás grandes mejorías.

Fuente: Quinto Poder