Enclavada en el epicentro de la zona de tabiqueros de San Pedro Cholula, se encuentra la casa de los Huitzil Meneses, en donde se velan los restos de Sebastián y Víctor; dos hermanos que dejaron su natal San Diego Cuachayotla en los 90´s con el fin de alcanzar el sueño americano.

Sus restos arribaron a la capital poblana el pasado sábado y el lunes, el gobierno del Estado realizó una ceremonia a los 105 migrantes que regresaron en urnas, luego de perder la vida a consecuencia de la pandemia.

Víctor de 54 años de edad se tomó una bebida energizante y comenzó a sentirse mal. Sebastián presentó un cuadro de infección. Ambos perdieron la vida y los médicos estadounidenses los declararon como víctimas del COVID-19.

Este martes las cenizas de los hermanos Huitzil fueron entregadas por una funeraria a sus hermanos. Ambas cajitas de color negro fueron recibidas en medio de confeti blanco y tristeza. Varios niños –sobrinos que no conocieron- corrían por el patio asombrados por lo que estaba ocurriendo.

Sebastián y Víctor eran solteros y pasaron 30 años en Estados Unidos. No volvieron a ver a sus padres, quienes murieron hace tiempo. Ambos perdieron la vida al inicio de la pandemia.

Sus restos fueron colocados en el altar de la familia, junto a ellos dos piezas de pan de dulce y dos vasos de agua para alimentar sus almas. Y dos gorras negras para recordar su estilo. Junto a la imagen de la virgen morena, están sus fotografías. Eran dos hombres altos, corpulentos y de piel clara, vestidos al estilo americano.

Dos cruces de aluminio con el Cristo crucificado escoltan el altar. Al pie del mismo, están dos cruces de tierra rodeadas de pétalos, en alusión a sus cuerpos. Las veladoras blancas y arreglos de flores, las rodean. Las canciones de Leo Dan, amenizan el lugar.

Una mujer de piel blanca y de edad madura, pide a los reporteros que los dejen vivir su duelo. Se molesta porque asegura que desde que llegaron los restos de sus hermanos a la casa de sus padres, no los han dejado descansar en paz.