A pesar de estar en medio de dos pandemias, una por el Covit-19 y otra por el alcohol adulterado, habitantes de Huaquechula menosprecian las medidas de la sana distancia y el uso de cubrebocas. La gente continúa con su vida normal e incluso siguen realizando jaripeos. Mientras que las autoridades se muestran pasivas.

En Huaquechula uno de los municipios de la Mixteca Poblana, los habitantes realizan su vida normal. Salen a realizar sus mandados en familia como si no ocurriera nada, los negocios siguen abiertos a pesar de estar en plena fase 3 por el Coronavirus. Solamente las escuelas y las iglesias, están cerradas.

De acuerdo al último reporte de la Secretaría de Salud emitido la noche del domingo, Huaquechula ha registrado una muerte por Coronavirus y tres contagios. Además de que a decir de autoridades locales, se han registrado 10 muertes y tres intoxicados por la ingesta de alcohol adulterado.

En la entrada principal se observa gente caminando, vehículos circulan al igual que el transporte público. Nadie usa cubrebocas. En el centro de la localidad, las mujeres salen con sus hijos de la mano.

Algunas bardas dan cuenta de la desobediencia de los pobladores y de la negligencia de las autoridades municipales, pues se invita a un jaripeo que se realizó el domingo con la participación del Rancho Canela, junto a la casa del regidor de Industria y Comercio.

El jaripeo fue el domingo, lo organizó doña Lulú y su hijo y vendieron un montón de ‘chupe’, dicen los pobladores al confirmar que el evento se hizo cerca de la casa de Ciro Gavilán, concejal de Huaquechula.

Cuestionados acerca de la venta del ‘tejón’, aguardiente con tejocote, los pobladores aseguran que continúa y que el fin de semana se enterraron otros siete que murieron por consumir la bebida adulterada.