Entre el 2012 y 2020, en Puebla se han cometido 86 asesinatos en los que el agresor tenía algún tipo de parentesco con la víctima, revelan las estadísticas sobre mortalidad del INEGI.

Figuran padres, madres, sobrinos entre los ejecutores, pero más los homicidios entre primos, hermanos, esposos y concubinos; estos últimos concentran el 53 por ciento de los asesinatos cometidos por parientes de las víctimas.

Por ejemplo, entre primas y primos suman 14 casos, entre hermanos 11, igual cantidad donde el esposo fue el agresor; 10 hechos registran los concubinos; asimismo hay registros de seis casos entre cuñados, sobrinos, pero también donde la madre fue la ejecutora de su hijo.

En los detalles del histórico del INEGI, se observa que 2013 y 2017 registraron la mayor incidencia del periodo de referencia, con 16 homicidios cada uno, seguido de 2012 y 2018, con 12 en cada año.

A nivel nacional, 2014 ha sido el peor año en la materia, al contar con 314 casos; en aquel año, Puebla sumó 10. En este 2020 se ha reportado la menor cantidad de casos en el país, al acumular 50; San Luis Potosí encabeza la lista con cinco, mientras que la entidad poblana registró tres.