El Palacio de Bellas Artes recibió el cuerpo de Ignacio López Tarso, donde sus seres queridos y seguidores ya lo esperaban para poder iniciar un homenaje póstumo.
Con casi cinco minutos de aplausos seguidos y ovaciones de pie, los asistentes al Palacio de Bellas Artes recibieron el cuerpo del actor mexicano Ignacio López Tarso a las 6:53 de la tarde.
Alrededor de 175 fans de todas las edades esperaban formados desde las 17:00 horas a las afueras de Bellas Artes, para poder ingresar y despedirse de su ídolo.
El lugar lució con una alfombra roja, la foto del actor de Macario al centro de las escalinatas dentro del Palacio de Bellas Artes, un par de coronas a los lados, retratos de él en sus diferentes etapas, flores cubriendo las escaleras y sillas en filas para que la gente se sentara.
Sus familiares entraron con el féretro por la alfombra roja para colocarlo al centro del recinto cultural más importante de México. Un cuarteto de cuerdas amenizó el homenaje póstumo, pero hubo unas fallas técnicas con el audio.
Gracias por aceptar este homenaje en el principal recinto de arte de México… La vida no fue fácil Macario, pero fue bueno vivirla juntos.
«Hoy despedimos al gigante Ignacio López Tarso y algún día pensamos que era inmortal. El Palacio de Bellas Artes todavía no había sido inaugurado cuando usted nació», dijo Alejandra Frausto, titular de la Secretaría de Cultura de México.
«Nos enseñó a hacer teatro y a que la cultura se reparte… Su cerebro tenía más textos que los de cualquier biblioteca», afirmó Salvador Garcini, director con quien hizo La Tempestad, Un Picasso y Una Vida en el Teatro.
En 1969, Luisa Huertas compartió que lo conoció y junto a Vicente Leñero producían Los Albañiles, y desde entonces apoyaba el teatro.
«Vivía un sueño hecho realidad cuando la final de las funciones pasábamos por el Teatro Julio Prieto y ahí estaban el maestro Reyes, Leñero y López Tarso. Rescató los corridos mexicanos y siempre fue fiel a sus orígenes», dijo Luisa Huertas.
El comediante Sergio Corona fue otro de los oradores, quien agradeció haber conocido a López Tarso, quien fue su maestro, compañero y amigo en la vida actoral.
«Lo que aprendí de Ignacio fueron sus ritmos, lo que decía, su amistad… En una plática me comentó que el teatro se había inventado para realizar pleitos de los habitantes de la población», agregó Corona.
Entre lágrimas, Leticia Calderón se paró de frente al féretro y agradeció haber sido amiga del actor.
«Gracias por las largas pláticas en las que me abriste tu vida. Te quiero mucho y siempre seré tu reinita», comentó Leticia Calderón.
César Costa no habló de López Tarso como actor, se centró en su faceta como ser humano con breves palabras.
«Con una disciplina férrea y una memoria extraordinaria de lo cual intento practicar lo que me enseñó él, practicar un fragmento de un poema cada noche. Ya no tenemos su presencia física, pero nos quedamos con su presencia escénica», declaró César Costa.
Ignacio López Tarso falleció el sábado a sus 98 años, dejando un legado de 100 obras tales como Edipo Rey, Hipólito, Macbeth, Otelo, El Rey Lear, El Avaro, Cyrano de Bergerac, Querido Embustero, Drácula, entre otras.
Con información de Reforma