Karla Micheel Salas Ramírez y David Peña Rodríguez, abogados de tres de las víctimas del multihomicidio ocurrido el 31 de julio de 2015 en la colonia Narvarte, fueron espiados con Pegasus, de acuerdo con una investigación del grupo Citizen Lab.
Este grupo de la Universidad de Toronto, Canadá, afirmó que David Peña y Karla Micheel Salas recibieron el malware a través de mensajes en septiembre y octubre de 2015, justo después de asumir el caso Narvarte y de cuestionar la actuación de las autoridades en el mismo.
Ambos abogados representan a tres de las cuatro mujeres torturadas y asesinadas junto con el fotógrafo Rubén Espinosa en la colonia Narvarte el 31 de julio de 2015. Una de las víctimas era la activista Nadia Vera, que al igual que Espinosa huyó de Veracruz por amenazas de funcionarios de ese estado, entonces gobernado por Javier Duarte, hoy encarcelado por delitos de corrupción.
Pegasus espía a través de los celulares y se vende exclusivamente a gobiernos, supuestamente para vigilar a criminales y terroristas. Citizen Lab ya había confirmado que había sido usado contra otros 19 objetivos en México: periodistas que habían denunciado casos de corrupción que llegaban hasta el Presidente, activistas que proponían gravar las bebidas azucaradas, políticos de oposición, y expertos extranjeros que indagaban con estatus diplomático en la desaparición de los 43 normalista de Ayotzinapa a manos de autoridades vinculadas con el crimen organizado.
Según John Scott-Railton, uno de los artífices del informe de la universidad canadiense, los casos evidencian "un patrón" porque los objetivos del espionaje han sido "abogados e investigadores cuyo trabajo contradice las tesis oficiales".
"Cada vez que encontramos nuevos casos pensamos, 'esto debe ser lo más conflictivo' pero cada vez nos sorprendemos, en México ya hay 21 (personas afectadas) y en Panamá docenas más", añadió.
¿Qué mensajes recibieron?
El sistema Pegasus, de la empresa israelí NSO Group, funcionaba mediante el envío de mensajes de texto con un vínculo. Al abrirlo, el software convertía el celular en un dispositivo de espionaje y permitía activar el micrófono y la cámara a distancia, además de acceder a todo el contenido almacenado en el aparato.
David Peña recibió un texto que le informaba de un supuesto caso de extorsión que afectaba a un grupo de abogados con el que trabajaba y tiempo después un segundo mensaje pero, según dijo a The Associated Press, no abrió ninguno de ellos.
Karla Micheel Salas, sin embargo sí lo hizo cuando leyó en su celular: "Karla en la madrugada falleció mi padre estamos devastados, te envío datos del velatorio, espero puedas venir".
Por este motivo, la abogada se mostró muy preocupada ante la posibilidad de que quien quisiera espiarla haya podido tener acceso a "información sensible" que le confiaron víctimas y que podría poner a gente en peligro, sobre todo porque muchas de esas personas "ya han estado en situación de riesgo por denunciar o exigir justicia".
"Considero que quienes podrían estar interesados en espiarnos solo podrían ser agentes estatales", añadió en conversación con AP.