Expendedores de tortilla en la entidad acordaron mantener el precio del kilógramo entre 10 y 13 pesos, en espera de que las autoridades estatales puedan apoyarlos para bajar costos de luz y gas, ya que no puedan seguir sus actividades con alzas en esos servicios.
José Luis Domínguez Árcega, presidente de la Industria de Masa y Harinas en Puebla, comentó a El Economista que mientras apoyan la economía familiar también esperan que haya alguna retribución hacia ellos, como ofrecer mínimo una tarifa especial en los energéticos, pues producen un alimento que forma parte de la dieta diaria de los mexicanos.
Indicó que no hay motivo para amenazar con recibir sanciones por demandar apoyos para mantener su actividad, de la cual viven al menos tres personas por cada negocio.
Al menos el gas LP durante el último bimestre subió 43%, lo cual no fue positivo. Pese a ello, los 300 negocios afiliados y 900 empleos se mantuvieron, expuso el dirigente.
Domínguez Árcega dijo que subir un peso la tortilla no afectará el bolsillo de las familias, pues otros productos actualizan sus precios cada año y “nadie de las autoridades dice algo o implementan operativos, tal como se dieron en esta semana por parte de la Profeco (Procuraduría Federal del Consumidor), para ubicar a las tortillerías que hayan aumentado el costo en forma excesiva”.
Asimismo, advirtió que con ese tipo de acciones sólo se propicia que los negocios de su sector se vean forzados a cerrar y que tiendas de autoservicio aprovechen la situación para controlar el mercado.
Consideró que en lugar de proteger a los pequeños y medianos negocios, parece que las autoridades quieren acabar con ellos, cuando en la mayoría de los casos son de tipo familiar.
Fuente: ELECONOMISTA