El Día de Muertos se acerca y desde mediados de septiembre comenzamos a encontrar en las panaderías el delicioso pan de muerto en distintas variedades: azucarado, sin dulce, con ajonjolí, relleno y en tamaños pequeño o grande.
Degustar este alimento mexicano es una deliciosa tradición en los hogares y, ahora, hasta se ha colocado en los menús más delicatessen con combinaciones exóticas, pero ¿conoces el significado del pan de muerto?
El pan de muerto que normalmente acostumbramos ver, sobre todo en la Ciudad de México y en el Estado de México, es redondo y representa el ciclo de la vida. La Procuraduría Federal del Consumidor menciona que el pan de muerto es un ofrecimiento fraternal con forma de tumba en la que el cráneo se encuentra en la parte superior y en las orillas se encuentra una simulación de huesos.
Este tipo de pan de muerto es espolvoreado con azúcar blanca o rosa, el color depende de las zonas. Pero la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas señala que el color rosa del azúcar "recuerda el uso ceremonial del color rojo en la época prehispánica".
Es importante mencionar que a lo largo del territorio nacional el pan de muerto varía depende de la zona. En Aguascalientes, Baja California, Colima, Coahuila, Jalisco, Nayarit y Chihuahua, el pan de muerto es tradicional redondo.
Así también los nombres varían un poco como en Mixquic (Ciudad de México) las famosas "despeinadas"; en el Estado de México las "muertes", en Texcoco el "pan conejo"; en Guerrero los "camarones", "tortas" y "amargosas", o en Tixtla las "almas con azúcar"; en Acámbaro, Guanajuato las "almas"; en Hidalgo las "cuelgas"; Michoacan el "pan de ofrenda", "el pan de hule"; en Oaxaca las "regañadas" o el "pan de yuca"; y en Puebla los "golletes".
De acuerdo con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, el pan de muerto que conocemos actualmente sería un "huitlatamalli", una especie de tamal, de las culturas prehispanicas de México.
Fuente: El Universal