Andrés Manuel López Obrador es y se convierte en un extraño objeto del deseo político; en cualquier plaza pública que vista para hacer campaña pre electoral, todos buscan un gafete que los acredite para estar junto a él. Muchos buscan estar en las áreas VIP que el partido del “pueblo bueno”, MORENA, coloca para sus eventos partidarios.
Para nadie es desconocido que Puebla es una de sus plazas preferidas, no sólo por los votos que aporta, también por los lazos familiares aquí establecidos.
La reunión con los miembros de su partido y con grupos sociales que siempre acuden a presenciar sus conocidos mítines, no será la primera y la última, AMLO anda en campaña promocionándose con su llamado “Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad de Pueblo y Renacimiento de México”.
Y como siempre sucede en las filas de la llamada izquierda, todos se pelean por los números de convocantes, todos hacen uso de las masas convocadas. Gabriel Biestro dice que son 30 mil; algunos medios 10 mil y otros muestran la “gran convocatoria” del caudillo nacionalista. Lo cierto es que en nada se parece a la marcha convocada en Barcelona, España, en defensa de la migración.
En términos medio fríos, los seguidores del “Peje” -más no lagarto, como el mismo señala- llegó en su momento máximo a los 5 mil o 6 mil personas. Entre miembros, militantes, simpatizantes y muchas personas de todos los grupos sociales que acudieron a escuchar su largo discurso.
Sólo Biesto Medinilla y el diputado federal Rodrigo Abdala saben porque encerraron un evento de publicidad política para su guía nacional; primero lo quisieron hacer en Plaza Dorada, luego optaron por la conocida Plaza de la Democracia haciendo uso de un referente histórico relacionado con Francisco I. Madero. Nadie le prohibió hacerlo en la plancha del zócalo de la ciudad.
Ahí en las dos alas que confluyen en el Carolino, en donde se dice que se parte la ciudad para ubicar los cuatro distritos electorales, están encorralados en zona VIP, los secretarios de la dirigencia estatal, todos con sus playeras blancas y un gafete muy grande como escapulario; del otro lado, en otro corral cercado por vallas llegan los invitados especiales, las esposas de algunos distinguidos miembros, dirigentes de organizaciones y colados. Muy atrás de ellos los pobres de los pobres, con sus pancartas, con sus gorras moradas con playeras blancas y un gran logotipo de MORENA. Los demás son de la ciudad y se acomodan donde puedan ver a López Obrador.
La guardia republicana de Biestro y Abdala controla el deseado templete, en donde todos quieren subir, hacen valla y lista en mano seleccionan quien pasa y quien no, rodean todo, empujan y le abren paso a sus dirigentes nacionales. Otros pasan por las vallas muy orgullosos y adustos como si fueran al cielo, se sienten entre los elegidos por el señor que hoy encabeza las encuestas.
La vendimia es espectacular, la moda es el color guinda, las gorras, los chalecos morados como los que cargan los ayudantes del presidente municipal de Cholula, José Juan Espinosa, y su esposa, la priísta Nancy de la Sierra. Las mesas de afiliación están por todos lados y Eudoxio Morales, el “escritor de un panfleto” -financiado por el diputado federal del PRI, Alejandro Armenta- muestra su hoja de ingreso a MORENA para ser tomado en cuenta en las candidaturas tan disputadas hoy.
Llega López obrador, como es costumbre y hábito, todos quieren una selfie con él; todos estiran brazos y manos para saludarlo, es la viva imagen que atrae y los años sin duda han pasado por su rostro. Hasta que logra subir al templete comienza el mitin y ahí todos se forman haciendo tres o cuatro filas atrás del precandidato.
Presenta Rodrigo Abda, lee Gabriel Biestro y las estructuras escuchan; los bendecidos con gafete al pecho disfrutan muy sentados de los rollos y la presencia de algunos invitados, aunque no les guste pero ahí están.
Bertha Lujan, presidenta del Consejo Nacional de MORENA; Yeickol Polevnsky , la secretaria general; Carlos Figueroa, Gabriel Biestro; Rodrigo Abdala; José Juan Espinosa y Manuel Bartlett cierran filas con el tabasqueño. En la retaguardia esta el viejo empresario lechero, Emilio Maurer, que a veces está en el PRI, otras con el PRD y ahora aparece con MORENA; Rosa Márquez Cabrera, fiel escudera de René Bejarano ahí también; Fernando Manzanilla, el ex morenovallista que saltó del barco cuando no lo dejaron ser cuñado y candidato al mismo tiempo, es la novedad política; Humberto Morales, del grupo de Jesús Morales; Francisco Vélez Pliego del medio académico; Alfredo Rivera, empresario y seguidor de Mario Marín; Eudoxio Morales, en representación del grupo de Alejandro Armenta Mier y muy atrás los indígenas de Cuetzalan y otros lugares.
Todos pasan lista y firman el conocido acuerdo político, que le ha permitido a López Obrador visitar todas las principales ciudades del país.
Nadie se mueve, el rollo de AMLO ha empezado, es largo como siempre, en las pantallas instaladas sobre Juan de Palafox se escucha y a cada frase con mensaje para Peña Nieto por no defender a los migrantes mexicanos, los aplausos se dejan escuchar. El discurso es el mismo, referencias nacionalistas, cuestionamientos políticos, corrupción, aumentos a la gasolina. El ex gobernador Moreno Valle tampoco se salva, es parte del guión, lo mismo que Salinas de Gortari.
Muchos otros se conforman con estar en la sombrita; Abraham Quiroz, candidato a la gubernatura en 2016, es excluido del templete. La elite color guinda es la bendecida para presenciar desde arriba a las masas del partido del “no robarás, no traicionarás”. Algunos editores cercanos a Biestro Medinilla, difunden minuto a minuto.
Los documentos para AMLO nunca aparecen, las bases insurgentes que no quieren a los arribistas y tampoco a José Juan Espinosa, se ven molestas. El documento de la extraviada dirigente local del PRD, es echado a la basura. Alejandro del Castillo y Arturo Rivera Pineda, hoy no llevaron como estandarte a la pobre señora Elia de Chalchihuapan. Abelardo Cuéllar y María Eugenia Ochoa, perdidos entre los asistentes, lo mismo que Luis Ortega Morales.
Como para cerrar, los que ayer gritaron y aplaudieron a López Obrador, este domingo los monrrrealistas, Norberto Amaya; Ricardo Jiménez (MAS); Armando Méndez y Servando Galindo conjuntamente con los panistas Violeta Lagunes, Jesús Encinas e Hilario Gallegos y tomados de la mano con Eudoxio Morales; Koichi Choda y otros dirigentes del PRI, destaparon al diputado federal Alejandro Armenta Mier, como precandidato al gobierno local para el 2018.
Nadie sabe qué dirán Gabriel Biestro y Manuel Bartlett sobre esta candidatura, que es más bien la estrategia trazada por el grupo de Armenta Mier para meter presión en MORENA y sin duda alguna negociar candidaturas.