El efecto dominó está en marcha. El anuncio de la dimisión de Manlio Fabio Beltrones al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI podría arrastrar consigo a los operadores políticos que enclavó y respaldó en el resto de las estructuras del tricolor en el país.
La larga cadena de alianzas que Beltrones Rivera tejió con miras a una eventual candidatura presidencial en 2018 alcanzó, sobre todo, a la estructura del exgobernador poblano Mario Marín Torres.
En los hechos, el efecto dominó convirtió a los marinistas en las primeras viudas del beltronismo.
El acuerdo Beltrones-Marín y sus viudas
El pacto quedó sellado en un despacho del edificio ubicado en avenida Insurgentes Norte número 59, en la Ciudad de México. La sede nacional del PRI.
Aquel 21 de octubre de 2015, según versiones periodísticas, Marín Torres habría puesto su estructura al servicio del eventual candidato del PRI a la minigubernatura de Puebla, posición a la que meses después llegó Blanca Alcalá Ruiz bajo la promesa de poder competir por un escaño del Senado de la República en 2018.
La reunión finalizó con una fotografía que ese mismo día el diputado federal suplente Ramón Fernández Solana, mano derecha del exgobernador, divulgó a través de Twitter.
El pasado 5 de junio trajo consigo no sólo el réquiem de Beltrones Rivera, sino también la caída del posible acuerdo y escaño de Marín Torres, así como el no regreso de su grupo político, que incluye un amasijo de operadores, diputados locales y federales y exfuncionarios estatales.
El primer marinista en orfandad con la caída beltronista es el excoordinador de la campaña de Alcalá Ruiz, Alejandro Armenta Mier, quien incluso reclamó en una conversación de WhatsApp al presidente Enrique Peña Nieto y el secretario de Gobernación (Segob), Miguel Ángel Osorio Chong, un supuesto pacto electoral entre el gobierno federal y la administración estatal de Rafael Moreno Valle.
Armenta Mier fue el alfil que Marín enclavó en la dirigencia estatal del PRI al término de su sexenio, operación que replicó con la llegada de Ana Isabel Allende Cano al Comité Directivo Estatal (CDE), del cual salió a finales de febrero pasado.
Las principales viudas de la caída del presidente del CEN del PRI son los operadores que Marín Torres apostó a favor de la campaña de Alcalá Ruiz durante el proceso electoral de este año.
Por ejemplo, los diputados federales Víctor Manuel Giorgana Jiménez, Xitlalic Ceja García, Graciela Palomares Ramírez, así como la coordinadora del grupo legislativo del PRI en el Congreso local, Silvia Tanús Osorio. Todos ellos tenían la encomienda de operar la capital del estado, la cual se convirtió en un bastión de votos a favor del gobernador electo José Antonio Gali Fayad.
También se enlistan Javier López Zavala y Alberto Jiménez Merino, exsecretarios en la administración del último gobernador priista y coordinadores de promoción de Alcalá Ruiz en el interior del estado.
En el alicaído grupo marinista se encuentran asimismo algunos alfiles enclavados en el CDE, como Rocío García Olmedo, secretaria general ligada a Mario Montero Serrano, integrante de la burbuja de Marín Torres; Gerardo Mejía Ramírez, secretario de Organización; Ismael Ríos Delgadillo, secretario de Prensa y Propaganda, y director de Información y Comunicación en el sexenio pasado.
Y, por último, aquellos que vieron en la administración del priista el cenit de su carrera política, como Valentín Meneses, exsecretario de Gobernación; Adolfo Karam Beltrán, exsecretario de Seguridad Pública; Vicente Gil Luna, auxiliar en la Notaría 53, propiedad de Marín Torres; e Isabel Merlo Talavera, hoy delegada de la Procuraduría Agraria.
Las víctimas colaterales
El efecto dominó generado por la caída de Manlio Fabio Beltrones podría arrastrar consigo a otros grupos priistas no ligados de manera plena al exgobernador Marín Torres.
Las víctimas colaterales de Beltrones Rivera quedarán definidas una vez que la Comisión Política del PRI elija al nuevo presidente del Comité Ejecutivo Nacional, posición en la que se rumora la llegada del senador Emilio Gamboa Patrón, e incluso de los secretarios federales Arturo Nuño Mayer y Miguel Ángel Osorio Chong.
Si el coordinador del grupo parlamentario del PRI en el Senado de la República federal llega a la cabeza de la estructura priista en el país, la caída de Beltrones Rivera no significaría el destierro de Jorge Estefan Chidiac, actual líder estatal del partido, ni de Alcalá Ruiz y del grupo político que la acompañó a lo largo de la campaña.
Ambos legisladores federales se ubicaron como líderes del priismo en Puebla a través de un enroque propiciado entre el secretario de Hacienda, Luis Videgaray –ligado al dirigente estatal priista–, y Gamboa Patrón –padrino político de la senadora con licencia de acuerdo con versiones periodísticas–.
En cambio, si el secretario de Gobernación federal se apodera del CEN del PRI en los próximos días, esto podría poner fin al binomio Chidiac-Alcalá como líderes del priismo en Puebla.
Así, el poblano mejor posicionado en el gobierno federal podría tomar las riendas del partidazo en el estado y construir, con ello, una candidatura al gobierno de Puebla en 2018.Se trata, sí, de Juan Carlos Lastiri Quirós.
El priismo que viene
Como una especie de vena sanguínea, la estructura del gobierno federal ha situado a Osorio Chong y al subsecretario de la Sedatu como aliados políticos.
La eventual toma del CEN a cargo del secretario de Gobernación federal devendría, a su vez, en la toma del CDE a cargo del grupo lastirista.
Los principales beneficiados serían Lastiri Quirós y su mano derecha en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), el delegado Juan Manuel Vega Rayet.
Con el cobijo de la estructura del gobierno federal, Lastiri Quirós ha tejido una red de apoyo entre los presidentes municipales priistas del estado, entre los que se encuentran David Huerta, de Tepeaca; Néstor Camarillo, de Quecholac; Hermelinda Mely Macoto, de Coronango; Felipe Muñoz, de Nopalucan; y Enrique Rivera, de Chignahuapan.
Por otra parte, la caída beltronista y la posible unción de Osorio Chong como máximo líder priista podría otorgar un margen político de negociación al delegado del IMSS en Puebla, Enrique Doger Guerrero, a quien se le señala como uno de los priistas que no apoyó la candidatura de Alcalá Ruiz y, por tanto, no se le vincula de manera directa con el exgobernador Marín Torres.
Sí. El efecto dominó ya está en marcha.
Fuente: http://24horaspuebla.com/2016/06/22/marin-el-principal-damnificado-por-renuncia-de-manlio/