El columnista Raymundo Riva Palacio publicó este martes que el fracaso de la coalición electoral entre el PRI y Nueva Alianza en Puebla, para apoyar la candidatura de Blanca Alcalá al gobierno de Puebla, fue provocado por presiones de la Secretaría de Gobernación federal, a cargo de Miguel Ángel Osorio Chong, para reventar los acuerdos logrados por Manlio Fabio Beltrones, líder nacional del PRI.
En su columna “Estrictamente Personal” del portal Eje Central, Riva Palacio asegura que las viejas rencillas entre Osorio Chong y Beltrones ha impactado en las designaciones de candidatos del PRI en los estados de Oaxaca, Puebla y Quintana Roo.
En Puebla, el cambio sorpresivo de Nueva Alianza, que en el último momento decidió repetir la coalición con el PAN, “se dio por la presión de la Secretaría de Gobernación, de acuerdo con fuentes aliancistas, para reventar la coalición que estaba formando Beltrones”.
Aquí la columna completa:
Desde antes que Enrique Peña Nieto asumiera la Presidencia, la relación entre quien sería el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el entonces coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, no era buena. Su enfrentamiento era real pese a que siempre trataron de persuadir a quien les preguntaba sobre ese conflicto, que no existía y que la relación era de respeto y colaboración. Las patadas no se veían, pero se sentían. El primer round duró tres años, con las intrigas palaciegas contra Beltrones sobre qué papel jugaría una vez que terminara su mandato como diputado.
Durante los primeros 18 meses de las reformas, Osorio Chong no se metió en la Cámara de Diputados, y el Presidente responsabilizó al Secretario de Hacienda, Luis Videgaray –quien toma muchas decisiones políticas que afectan al Gobierno- de llevar la relación con Beltrones y junto con él sacar adelante las iniciativas. Osorio Chong y el Coordinador del PRI en el Senado, Emilio Gamboa, hicieron lo conducente en la Cámara Alta. La eficiencia de Beltrones en el Congreso, como era de esperarse, produjo más suspicacias en el entorno del Presidente.
“¿Presidente del PRI?”, decía uno de los colaboradores cercanos al Presidente. “¡Jamás! Si llega ahí se va a querer quedar con la candidatura presidencial”. Desde Los Pinos y en las oficinas gubernamentales donde anidan los rivales de Osorio Chong en el gabinete, surgió la especie que Beltrones lo sustituiría en Gobernación. La tensión que generaron fue tan fuerte, que Beltrones lo visitó para decirle que no estaba buscando trabajo, y mucho menos el suyo. El Presidente finalmente se decidió por llevarlo al PRI y para el proceso de selección de candidatos, formó un grupo con los dos secretarios y los dos coordinadores, con quienes decidiría quiénes serían candidatos en las 12 elecciones estatales este año.
Beltrones se ha planteado como objetivo mantener al menos nueve de las nueve gubernaturas que hoy están en manos del PRI, aunque no sean necesariamente en los mismos estados. Para ello ha ido tomando el control de algunos procesos, como el de Colima en enero, donde al reponerse la elección anulada el año pasado, hizo a un lado al equipo del candidato José Ignacio Peralta y trasladó desde Sonora a su viejo equipo de operadores para garantizar la victoria. Beltrones ha buscado también romper las alianzas electorales, que muchas veces han sido letales para el PRI. Osorio Chong, discretamente, está en otra lógica estratégica, que ha enfrentado a los dos punteros del PRI para la candidatura presidencial, según la última encuesta de El Financiero.
Oaxaca es un ejemplo. Peña Nieto y Beltrones animaron al entonces presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Guitiérrez Candiani, a participar en el proceso para elegir candidato del PRI al gobierno, y de acuerdo con fuentes, le dejaron ver que él sería el escogido. Sin embargo, la designación recayó en Alejandro Murat, cuyo padre José Murat, ex gobernador de Oaxaca y que ha sido uno de los asesores más cercanos en la Secretaría de Gobernación, cabildeó a favor de su hijo. En las cúpulas empresariales sienten que hubo un maltrato injustificado con Gutiérrez Candiani, y que si no lo iban a nominar, que jamás lo hubieran alentado a competir.
Otro ejemplo del conflicto es Puebla. El Gobernador panista Rafael Moreno Valle, uno de los más beneficiados en términos presupuestales por Peña Nieto –hasta un museo barroco le financió la Secretaría de Hacienda-, tiene en la próxima elección de su sucesor, la llave para la candidatura a la Presidencia en 2018. En Puebla el PRI le arrancó la mitad del poder a Moreno Valle en las elecciones federales de 2015, lo que lo mostraron vulnerable y que su candidato Antonio Gali pudiera ser derrotado en la contienda por la gubernatura.
Beltrones trabajó para desarticular la vieja coalición de Moreno Valle, y negoció para que Nueva Alianza respaldara a la candidata priista Blanca Alcalá. Sin embargo, en la víspera que se anunciara el giro de Nueva Alianza y fuera con el PRI, lo que resultó fue un nuevo apoyo para el PAN. El sorpresivo cambio de decisión se dio por la presión de la Secretaría de Gobernación, de acuerdo con fuentes aliancistas, para reventar la coalición que estaba formando Beltrones. El mismo jaloneo se está sintiendo en Quintana Roo, donde se ofreció al ex alcalde de Cancún, el polémico pero altamente popular, Gregorio Sánchez, volver a ser candidato para ese cargo, pero por el Partido Verde, con lo cual eliminarían la posibilidad de que compitiera con Morena y le diera un susto al PRI. Esa jugada también está detenida por los mensaje cruzados en la ciudad de México.
Osorio Chong se ha metido a jugar la contra electoral a Beltrones. Puntero entre los priistas al 2018, en los últimos tres meses comenzó a figurar Beltrones, quien pasó del número tres, después del Gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, a la segunda posición, según la encuesta de El Financiero, y con potencial para crecer. Si el PRI mantiene las nueve gubernaturas prometidas o incluso más, Beltrones será el gran ganador este 2016 y sus bonos se elevarán en la nación. Si fracasa, le quedará sólo 2017 para reponerse, pero con una herida muy grande. Osorio Chong, pase lo que pase en junio, no sufrirá daño, pero la sangre de su adversario lo fortalecerá.
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