La virtual candidata del PRI a la minigubernatura de Puebla, Blanca Alcalá, declaró que respeta pero no comparte las acusaciones que ha hecho en su contra la periodista Lydia Cacho, quien la incluyó en la red de funcionarios que protegieron al ex gobernador Mario Marín, a quien señala por ordenar su “secuestro legal” en diciembre de 2005, cuando fue detenida en Cancún y trasladada a Puebla, acusada de difamación por Kamel Nacif.
De gira por Teziutlán como parte de su precampaña, Alcalá intentó deslindarse de ese escándalo de tráfico de influencias, abuso de poder y violación de derechos humanos, que marcó al marinismo; empero, lo hizo tibiamente, pues sólo aseguró de ganar las elecciones del próximo 5 de junio, no permitirá que otro caso similar se repita en Puebla.
Por otra parte, por tercer día consecutivo, la senadora con licencia omitió defenderse tras ser exhibida en un doble discurso sobre el uso de helicópteros, lo que ha quedado claro gracias a la publicación de fotos y videos.
Al respecto, solo dijo que los “ataques” son porque sus opositores “están nerviosos” (sic) ante su fuerza electoral.
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