Víctor Manuel Chapela quiso ser astronauta. Quiso, también, convertirse en un Nobel de Química. Durante su trayectoria académica registró cuatro patentes nacionales y una en Europa, Estados Unidos y México. Fue, sin duda, una de las figuras claves para concretar el LNS, el supercómputo más importante en México hoy instalado en la BUAP, la institución que lo cobijó en los últimos años de su vida, aquellos de mayor producción científica que lo convirtieron en un referente en Puebla y la región |
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