Puebla recibe en promedio alrededor de entre 100 y 200 mil pesos para el financiamiento empresarial, esto por parte del crédito de la banca comercial,  lo que colocó a la entidad poblana dentro del grupo de entidades federativas que poseen una capacidad media para impulsar el financiamiento empresarial.

Esto de acuerdo al Indicador de Financiamiento Empresarial y Sectorial (IFES) 2017, elaborado por la consultoría financiera Aregional, la cual destacó que sólo cinco de los 32 estados de la República, muestran un financiamiento empresarial competitivo.

El IFES congregó en cuatro grupos a los estados, dependiendo por el ingreso por unidad económica del crédito de la banca comercial, Puebla se colocó en el segundo grupo, que recibe entre 100 y 200 mil pesos por empresa junto con: Colima, Michoacán, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Campeche y Yucatán.

En estas entidades es importante que se ofrezcan alternativas de financiamiento, por ejemplo de la banca de desarrollo, con mejores condiciones de costos y plazos apropiados para que las pequeñas y medianas empresas tengan oportunidades para crecer y desarrollarse en las ciudades de mayor marginación y pobreza.

En el tercer grupo que recibe entre 200 mil y 500 mil pesos por empresa, se encuentran: Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Querétaro y Estado de México;

En el primer grupo, el de las entidades que tuvieron un ingreso menor a los 100 mil pesos por unidad económica se encuentran: Nayarit, Guanajuato, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Tabasco, Hidalgo, Tlaxcala y Morelos; estas enfrentan importantes barreras a la entrada para acceder al crédito, lo que limita su capacidad de emprendimiento.

Por el contrario, las entidades aglomeradas en el cuarto grupo, reciben más de 500 mil pesos por empresa, estas son: Jalisco, Ciudad de México, Nuevo León y Quintana Roo; estos estados tienen una significativa capacidad para impulsar el financiamiento empresarial proveniente tanto de la banca comercial como de la de desarrollo.

De acuerdo a los resultados del IFES 2017, el país retrocedió en su nivel de competitividad en relación a la edición de 2015, lo que en gran medida se debe a la debilidad del crédito proveniente de la banca comercial al sector privado; la disminución del gasto público dirigido al Instituto Nacional del Emprendimiento; la reducción del número de proyectos y empresas apoyadas por el Fondo Nacional del Emprendedor y la menor entrada de Inversión Extranjera Directa (IED).

Deben destacarse los esfuerzos del Fondo Nacional Emprendedor y el INADEM para facilitar apoyos gubernamentales a las empresas, sin embargo, el impulso de estos organismos al desarrollo empresarial aún es muy limitado.