El estado de Puebla obtuvo una puntuación de 54 puntos dentro de la escala 0-100 del Indicador de Innovación y Desarrollo Tecnológico Empresarial (IDTE), lo que lo colocó en el puesto número 15 a nivel nacional, esto de acuerdo a la consultoría Aregional.
Los primeros puestos fueron para Ciudad de México, Querétaro, Nuevo León y Morelos los que destacaron con el mayor número de empresas de mayor innovación y que se dedican al desarrollo de nuevas tecnologías.
Estos cuatro estados junto con Sonora, Chihuahua, Coahuila, Jalisco y Guanajuato obtuvieron una puntuación de 70 a 100 puntos en promedio, ubicándolos como los estados con un IDTE alto.
Esto significa que estas entidades cuentan con un ambiente empresarial propicio para atraer inversiones en sectores que requieran mano de obra especializada y actividades científicas vinculadas a institutos de investigación.
Los estados que obtuvieron un promedio de 50-69.9 puntos, catalogándolos con un IDTE medios son: Baja California, Baja California Sur, Yucatán, Tabasco, Veracruz, Colima, Michoacán, Estados de México, San Luis Potosí y Puebla.
La consultoría financiera señaló que el nivel medio puede cambiar con la ejecución de políticas públicas enfocadas a impulsar la educación superior de calidad, el sentido de innovación entre la población empresarial y el tendido de redes de cooperación entre las universidades y el sector privado.
Por el contrario las entidades federativas que obtuvieron una puntuación de 0-49.9 puntos, ubicándolos con un IDTE bajo fueron: Sinaloa, Nayarit, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, Tamaulipas, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Campeche, Quintana Roo, Hidalgo y Tlaxcala.
Estos estados que se encuentran con un IDTE bajo representan un rezago en el desarrollo de un ambiente educativo y empresarial, que sea capaz de atraer inversiones destinadas a sectores de alta tecnología.
Aregional indicó que entre el 2014 y 2016, la situación de la innovación en México mejoró ligeramente, ya que el país cuenta con una puntuación de 56.4 puntos en materia de innovación y desarrollo tecnológico, en un rango de 0 a 100 puntos.
Explicó que esta calificación reprobatoria en buena medida responde a que durante los últimos 25 años, la política económica y comercial priorizó la apertura y la entrada de nuevas inversiones dirigidas principalmente al ensamblaje y la maquila, dejando de lado la implementación de una verdadera política de desarrollo sostenible basada en la creación de patentes, diseños propios e innovaciones locales, que conllevaran a detonar el valor agregado de los estados.