Migrar a Canadá, es una opción que los connacionales radicados en Estados Unidos contemplan una vez que Donald Trump asumió la presidencia y endureció la política en materia migratoria, lo que ha derivado en el incremento de las agresiones racistas y filtros para emplearse en alguna empresa.
Angelina Ortiz, poblana con más de 10 años viviendo en New Jersey, accedió a una entrevista con esta casa editorial para hablar sobre las circunstancias por las que atraviesa la comunidad latina en el país del norte.
Dice que ahora casada con un estadounidense se siente más segura pues la deportación ha quedado atrás. Aunque no así con las ofensas racistas, que se han incrementado desde la candidatura de Trump y se han agudizado tras su triunfo.
Las escenas de estadounidenses reclamando de forma airada las lenguas extranjeras se ha vuelto más recurrente en tiendas, restaurantes, escuelas y cualquier lugar público. Obreros, meseros, hasta profesionistas que tienen años de vivir en el país no se salvan de las ofensas racistas, si es que en la voz se nota una entonación latina o el color de piel es más oscura, cuenta.
Angelina, de 48 años de edad y trabajadora en una tienda de autoservicio, afirma que hay connacionales que sí piensan regresar a México, a sus diferentes estados de origen, sin embargo por la incertidumbre en las condiciones de trabajo y los salarios en el país, también hay quienes ven como opción trasladarse mejor a Canadá.
Afirma, en este contexto laboral, que las empresas en Estados Unidos ahora se han vuelto más exigentes al momento de revisar la documentación de los aspirantes a empleados, un filtro más que obstaculiza el sueño americano y reafirma la posibilidad de migración.