Uno de los eslabones para ser físico es preguntarse el porqué de los fenómenos. Tal curiosidad, así como el asombro por lo desconocido, fueron los principales motivos que impulsaron a Diana León Silverio a inclinarse por la ciencia. A sus 21 años, esta universitaria de la BUAP, ha demostrado ser la mejor estudiante de Física del país, al obtener el Premio Leon M. Lederman 2017.
De los seis jóvenes que fueron seleccionados a nivel nacional para participar en dicho certamen, Diana obtuvo el primer lugar y gracias a ello hará una estancia de investigación, de junio a mediados de agosto, en el Laboratorio Nacional de Aceleradores Fermi (Fermilab), en Illinois, Estados Unidos, donde trabajará con reconocidos científicos.
“Formar parte de las 200 jóvenes promesas a nivel mundial que acudirán al Fermilab ¡es algo sumamente increíble! Me siento temerosa y feliz, ya que tener la oportunidad de aprender de los mejores es una de las experiencias más grandes que puedo vivir como joven científica”, expresó.
Actualmente, la estudiante del octavo semestre de la Licenciatura en Física, de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas, forma parte de un equipo de investigación liderado por la doctora Isabel Pedraza Morales: el diseño de un Detector de Luz Cherenkov, para el Fermilab. En dicho proyecto participan estudiantes de la BUAP y de la Universidad Autónoma de Zacatecas.
Originaria del municipio de Tlatlauquitepec, Diana nació en el seno de una familia dedicada a la enseñanza: su madre es maestra de educación indígena y su padre profesor de primaria. Desde niña tuvo facilidad por los números y los conceptos abstractos; por ello, cuando estaba por terminar sus estudios en la Preparatoria Alfonso Calderón Moreno, ya sabía que su futuro estaba en el área de las ciencias exactas.
Su entrega, pasión por el conocimiento y dedicación le permitieron participar en proyectos con reconocidos académicos de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas, como la doctora Pedraza Morales, con quien colaboró, junto con otros estudiantes de la Licenciatura en Física, en una contribución para el Massachusetts Institute of Technology (MIT), en Estados Unidos.
En dicha colaboración con el MIT trabajaron en el análisis de datos y presentaron resultados de sus investigaciones acerca del experimento CMS del LHC, en el CERN, además de que acudieron a un taller del experimento CMS (Compact Muon Solenoid) sobre higgses cargados, a finales del año pasado.
Con emoción, comenta que esa fue una experiencia muy enriquecedora, a nivel personal y formativo, debido a que pudo aprender y convivir con investigadores de alto nivel del mundo: “Fue algo increíble ver cómo diversas nacionalidades se juntaron para proporcionar sus contribuciones a la ciencia, realmente se sentaron a construir la Física en ese momento”.
Esa misma curiosidad, junto con sus deseos de superarse, la impulsaron a hacer un viaje de 13 horas en autobús a Zacatecas, adonde se llevó a cabo el Premio Leon M. Lederman 2017, para ser entrevistada por un grupo de expertos en Física, quienes evaluaron sus conocimientos, capacidades y habilidades en el área.
Con una sonrisa en el rostro y un brillo en los ojos, comenta que al entrar a la universidad se encontró con un mundo totalmente diferente y aunque a lo largo del camino experimentó situaciones que la hicieron pensar en renunciar a la licenciatura, no se dio por vencida y continuó preparándose para ser mejor cada día.
“Cuando comencé la carrera me di cuenta de que los temas eran mucho más complicados de lo que creí, e incluso llegué a recursar una materia, pero eso me permitió tomar clase con un profesor que me dejó impresionada por la forma en la que podía describir el funcionamiento de una bicicleta con simples ecuaciones, lo cual me motivó a seguir estudiando y conforme fui conociendo mis demás materias, dije: ¡wooow esto es muy divertido, me quedo aquí!”.
La joven desea convertirse en una investigadora capaz no sólo de proponer nuevos modelos y teorías que contribuyan a la ciencia, sino que también realice experimentos que comprueben sus modelos. Para ello, piensa realizar sus estudios de posgrado en universidades del extranjero y su estancia en el Fermilab es una experiencia que le brindará oportunidades para lograr este sueño.
“Definitivamente me gustaría quedarme a hacer investigación en la BUAP y al mismo tiempo trabajar en proyectos de nivel internacional, con importantes organizaciones como el CERN”.
Más allá de la vida académica, a Diana le gusta pasar su tiempo libre con su familia y amigos, en un paseo o tener una buena charla en algún café de la ciudad. También admite que le gusta cocinar cuando se encuentra bajo mucho estrés, pues encuentra en el arte culinario una forma de relajarse.
De igual forma, trata de aprovechar el tiempo que puede para descansar y recuperar las horas de sueño de la semana, así como disfrutar de una buena película de acción, o bien de algún anime o serie en casa. En cuanto a gustos musicales, escucha de todo tipo, pop, rock y hasta cumbias, aunque cuando estudia prefiere algo más relajado, como la sinfónica.
Además de consolidarse como una gran científica, Diana quiere trascender en la vida de los jóvenes, para inspirarlos a ser mejores y ayudarlos a que se atrevan a hacer grandes cosas.
“Una vez conocí a una chica que era hija de una señora que vendía esquites, ella quería estudiar Física pero todo el mundo le decía que no porque era muy difícil. Entonces me senté a platicar con ella y le comenté que yo nunca me di por vencida, a pesar de lo que me decían, y que si realmente era su sueño, lo siguiera. Al final la chica se levantó y me dijo que sí iba a estudiar.”
“Es increíble ver cómo tus experiencias pueden cambiar a las personas y ¿quién sabe?, tal vez esa chica que me encontré en ese puesto de esquites se convierta en una gran física o gane un premio Nobel”, refiere.
Para Diana León Silverio, sus padres y dos hermanos han sido su mayor inspiración y soporte para realizar cada una de sus metas, además de que ha contado con el apoyo de sus profesores.
Como una joven sonriente, amigable y apasionada por lo que hace considera que independientemente de lo que haga en un futuro como científica, quiere contribuir con cosas buenas para la sociedad, como la trasmisión de valores y enseñanzas que enriquezcan la vida de las personas.