Villa Ávila Camacho, Pue.- Luego de tres días de la jornada “Luchando por la Madre Tierra y por la Vida”, que se celebró 1, 2 y 3 de febrero del presente, a 100 años de la promulgación de la Constitución de 1917 y en el marco del 2do. Encuentro de Pueblos y Organizaciones, en las comunidades de Cuacuila, Huauchinango, Xaltepuxtla y La Ceiba, los asistentes consensaron, en un “MANIFIESTO POR LA SIERRA NORTE DE PUEBLA Y POR LA VIDA”, realizar y exigir acciones inmediatas para rescatar el medio ambiente y evitar daños que provoquen más desgracias naturales como la tormenta tropical Earl ocurrida el pasado 6 de agosto.
Con la presencia del sacerdote católico defensor de los migrantes y Premio Nacional de Derechos Humanos, Alejandro Solalinde Guerra, y del politólogo investigador de la UNAM, John M. Ackerman, los representantes de pueblos en lucha, organizaciones y demás asistentes exigieron la cancelación inmediata de los proyectos de muerte como minería, gasoductos, fractura hidráulica, hidroeléctricas, proyectos turísticos de devastación, entre otros.
También exigieron la cancelación de la contrarreforma energética constituida en los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, que ha permitido la erradicación del carácter estratégico del sector energético y la sobreexplotación del suelo, subsuelo, la contaminación de los mantos acuíferos y la venta de los recursos naturales, “hechos que en nada nos benefician”, sostuvieron.
Se pronunciaron por el “cabal y puntual cumplimiento” de las leyes que rigen la preservación de las Áreas Naturales Protegidas. Específicamente en el caso del Área Natural Protegida de la Cuenca Hidrográfica de Necaxa, cuya deforestación, - se aseguró - ha sido de cerca de 22 mil de las casi 42 mil hectáreas que la conforman (más del 50%).
Exigieron “una reforestación concienzuda e inmediata” de los bosques, así como la creación de una legislación estatal y federal que prohíba la contaminación de los ríos y obligue a su saneamiento.
Expresaron la necesidad “urgente” de invertir en infraestructura “para fortalecer puentes y caminos de calidad a través de proyectos adecuados para darle vida y seguridad a las vías de comunicación y se puedan evitar desgracias como la provocada por la tormenta Earl en agosto de 2016”.
De igual forma, se pronunciaron por la cancelación de todas las leyes y proyectos que permitan la privatización del agua que es un elemento indispensable para la subsistencia de los pueblos.
Exigieron un alto a los gasolinazos y expresaron la necesidad de explorar nuevas formas de producción energética que no sean onerosas ni destructivas.
“Exigimos la abrogación total e inmediata de la Ley de Expropiación, la Ley para Proteger los Derechos Humanos y Regular el Uso Legítimo de la Fuerza Pública (“Ley Bala”) y las reformas a la Ley Orgánica Municipal de reciente creación en el estado de Puebla, por diputados al servicio de Rafael Moreno Valle. Leyes que van en perjuicio de nuestros pueblos”.
Así mismo se manifestaron por el respeto a las lenguas maternas, vestido y demás costumbres y tradiciones “que nos dan identidad como pueblos originarios, por lo que nos pronunciamos en contra de cualquier tipo de racismo y discriminación”.
En el manifiesto, también expusieron que existen falsos conceptos de “modernización” y “progreso” con los que el gobierno permite la invasión y la destrucción de los ecosistemas. Por ello, se comprometieron a trabajar de manera colectiva, dejando atrás cualquier tipo de individualismo.
Para finalizar, expusieron: “Asumimos el llamado de mirar hacia el sur para construir otras maneras de ver el mundo y otras formas de desarrollo que no busquen devastación ni excluir a las personas ni a los pueblos originarios”.
Los asistentes acordaron no claudicar en la lucha por la defensa del territorio y difundir los acuerdos que se tomaron en dicho evento.