La delincuencia organizada en zonas indígenas abona al sometimiento de la mujer. Según Verónica Rivas de la Cruz, integrante del Centro de Asesoría y Desarrollo entre Mujeres de la Sierra Norte, la presencia del crimen genera miedo en la población y en particular el sector femenino toma la decisión de refugiarse en sus casas y depender de sus parejas aunque éstas las agredan.
Explicó que el problema más común de las mujeres es la dependencia económica, incluso siendo víctimas de violencia intrafamiliar deciden soportarla porque no se creen capaces de trabajar por su cuenta. Con el miedo que genera la inseguridad es que menos se animan a salir del hogar y dicha dependencia crece, en consecuencia se quedan conviviendo con su agresor.
Dijo en entrevista que en el centro atienden un promedio de 120 mujeres al año principalmente d la Sierra Norte, aunque también de otros estados, y el principal problema que presentan es la agresión en el seno familiar.
"Fortalecemos las costumbres que valorizan a la mujer, tratamos de erradicar las costumbres que hacen que sean victimizadas y violentadas en sus derechos (...), tenemos que empoderarlas para que tengan solvencia económica y puedan alejarse" de sus agresores, abundó Rivas de la Cruz.
En el caso de mujeres menores de edad que acuden a pedir ayuda, se debe a dos factores principales: la agresión física que padecen de los padres y porque son madres solteras que buscan mecanismos para mantenerse.