Tras afirmar que la BUAP prepara a sus estudiantes para resolver problemas, ser exitosos, responsables y comprometidos con la sociedad, el rector Alfonso Esparza Ortiz invitó a los más de 17 mil estudiantes de nuevo ingreso que participaron en el Rally de Bienvenida 2016 a ser críticos y enfrentar nuevos retos.
“Jóvenes de la BUAP, queremos que sigan siendo buenos estudiantes, que sean críticos, razonadores, rebeldes, que cuestionen todo y hagan lo que ninguna generación antes ha hecho. Llévennos a romper límites, descubran, exploren, investiguen, arriesguen, hágannos soñar y sueñen sin límites. ¡Bienvenidos!”, expresó Esparza Ortiz en medio del júbilo de los estudiantes de nuevo ingreso, de preparatorias y licenciaturas.
En el Estadio Universitario, escenario de la recta final de esta actividad orientada a reforzar la identidad e integrar a los alumnos de nuevo ingreso, el Rector expuso: “A partir de ahora, ustedes son lo más importante para la Institución, por lo que seguiré muy de cerca sus necesidades, con el objetivo de mejorar cada uno de los procesos y su estancia en la Universidad”.
Un ejemplo de este diálogo y cercanía con la comunidad universitaria, precisó, son la puesta en marcha de diversos proyectos, como los bebederos de agua potable y kioskos sustentables.
Entre porras y ovaciones, el Rector Alfonso Esparza Ortiz felicitó y reconoció el esfuerzo de la generación 2016 y compartió con los nuevos alumnos tres ideas puestas en práctica por gente exitosa, egresada de la Institución: “Hagan lo que les gusta, atrévanse a enfrentar nuevos retos y disfruten las oportunidades”.
Tales son los casos del actual director general de Intel-México, una empresa que agrupa a más de 120 mil trabajadores y tiene a su cargo el desarrollo de microchips, del director del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), quien decidió estudiar Medicina para ayudar a la gente y con ello desarrollar nuevas fórmulas y tratamientos contra el cáncer. O bien de una egresada de Derecho que hoy es la administradora de Asuntos Jurídicos del Consulado de México en Nueva York.
La fiesta universitaria
Con música, globos, porras y actitud festiva, los jóvenes gritaron a todo pulmón los nombres de sus unidades académicas, con sentido de pertenencia a una de las mejores universidades del país: la BUAP. “Somos campeones, vamos a ganar”, corearon los de la preparatoria Benito Juárez García, la primera unidad académica en llegar al Estadio Universitario, donde los diferentes contingentes fueron sumando miles de alumnos allí reunidos.
Las selfies se repitieron entre los grupos; un dron captó el momento en que las manos de los universitarios se elevaron para hacer la ola a lo largo y ancho del recinto deportivo.
Los integrantes del equipo Lobo Ruva -vestidos de blanco- y Lobo TJ -vestidos de negro-, se alinearon en la cancha para jugar un partido de exhibición. El grito del primer gol anotado por Omar Tejeda retumbó en el estadio, al unísono de los tambores y trompetas de la Marching Band Minerva. El segundo gol también favoreció al equipo de Lobo TJ. Después de una competencia reñida, el equipo blanco anotó su primer gol. Uno que otro infiltrado en la cancha ayudó al equipo de su preferencia y al final el juego terminó empatado a dos tantos.
Previo al arribo al Estadio Universitario, en Ciudad Universitaria se distribuyeron bases que incluyeron actividades deportivas, lúdicas y recreativas. De esta manera, los contingentes recorrieron las principales vías de acceso, los pasillos y áreas verdes.
Personal de staff, monitores, lobomentores y brigadistas participaron en la organización de la jornada de integración, en la cual también se dieron cita funcionarios, directivos, administrativos y académicos.
Para cerrar con broche de oro, la nueva generación BUAP bailó al ritmo de slam con un programa artístico organizado por la Vicerrectoría de Extensión y Difusión de la Cultura. El Rally de Bienvenida, sin duda, una fiesta de los universitarios, en la cual los estudiantes de las unidades académicas, de la capital y del interior del estado, portaron con orgullo la playera de la BUAP, con el sentido de pertenecer a una de las mejores universidades del país.