En Volkswagen de México viven una paradoja, pues mientras que a nivel global sus ventas han bajado, el mercado interno se reporta estable, pese al escándalo que sacudió a la armadora, luego de que en Estados Unidos descubrieran que los motores de sus modelos diesel estaban trucados.
Durante el mes de enero de 2016, las ventas en México por parte de la alemana, crecieron 6.5% respecto al mismo periodo de 2015, sin embargo la producción en la planta de Cuautlancingo, Puebla, disminuyó 42.1% en el mismo mes, como consecuencia de la caída de exportaciones en 49.8%.
En esta planta, Volkswagen produce los modelos Jetta, Golf y Beetle en Puebla, cuyas versiones a diesel resultaron involucradas en el escándalo que acusaba a la firma de haber alterado los motores para falsear las emisiones contaminantes.
La afectación en Puebla también es consecuencia de que las principales exportaciones de esta planta son para el mercado estadounidense, donde la caída en ventas fue más estrepitosa, al verse afectado la imagen de la marca con dicho escándalo.
Para octubre de 2015, un mes después del escándalo, en Cuautlancingo se reportó una caída intermensual de 20% en la producción, mientras que para noviembre, la bajada fue de 19.9%, de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Pese a las cifras, Patrick Bass, CEO de ThyssenKrupp en América del Norte, uno de los proveedores de la marca, asegura que no se ha tenido un impacto significativo en los pedidos y sigue siendo un cliente clave a nivel mundial.