En julio de 2011, una mujer y un hombre murieron prensados al estrellarse el vehículo en el que viajaban, un Chevy de color rojo, contra el muro de contención del puente 475, sobre el Circuito Juan Pablo II.
En septiembre de 2012, luego de ser impactado por una camioneta en el puente 475 con dirección hacia Angelópolis, el tripulante de una motocicleta deportiva murió y el responsable, aunque intentó escapar, no lo logró.
Son apenas tres víctimas mortales del controvertido puente 475, construido con deficiencias “de origen” durante gobierno del alcalde priísta Enrique Doger Guerrero.
En efecto, a las críticas por su mal diseño, el Puente 475 suma un buen número de accidentes desde 2006, año en que inició su edificación.
De entonces a la fecha se han registrado 76 choques, una volcadura y una persona atropellada, según estadísticas del Departamento de Servicios Periciales de la Dirección de Vialidad del municipio de Puebla.
El año con más accidentes fue 2014, con 17 siniestros, 16 colisiones y un atropellado.
Por debajo de este, se encuentra el año 2006 con 14 percances.
Mientras que en 2007 y 2008, se registró el número más bajo: tres en cada uno.
De los 76 accidentes contabilizados, 14 fueron protagonizados por el transporte público y 64 por vehículos particulares.
Hace unos días se dio a conocer un dictamen técnico elaborado por la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) que reprueba el puente 475.
Señala que el distribuidor vial -que tuvo un costo de 168 millones de pesos- presenta problemas “de origen”, que generan confusión en los automovilistas y accidentes y congestionamientos viales.
Firmado por el arquitecto Alberto Ramírez y Ramírez, presidente de la delegación Puebla de la CMIC, y dirigido a Erik González Juárez, subdirector de proyectos de la Secretaría de Infraestructura y Servicios Públicos del ayuntamiento capitalino, el dictamen indica que presenta de origen problemas de diseño, ya que en lugar de dos carriles -como inicialmente se había anunciado-, sólo contó con uno para llevar el tránsito de Circuito Juan Pablo Segundo hacia la Vía Atlixcáyotl.
También apunta que los puentes edificados son estrechos, con la sobre elevación máxima invertida y un radio de giro mínimo que dificulta la maniobra de vuelta, además de ser insuficientes los sobre anchos con lo que se construyeron las curvas.
Agrega que las bifurcaciones para ingresar al distribuidor presentan fallas de diseño, lo que propicia confusiones en el usuario al momento de la toma de decisión de carril, generando accidentes o congestionamientos viales.
Otro dictamen elaborado en agosto de 2015 por el director de la Unidad Operativa Municipal de Protección Civil, a cargo de Luis Gustavo Ariza Salvatori, advierte que este organismo “ha tenido complicaciones en su intervención y auxilio de las personas lesionadas, debido a la obstrucción vial que se genera” en el puente 475.
Indica que “de igual forma para la atención de emergencias en la zona de Angelópolis y la Reserva Territorial Atlixcáyotl, las unidades de rescate se encuentran imposibilitadas para la atención inmediata y auxilio a la población”, por lo que es necesario que “se genere una solución de infraestructura inmediata”.
Hace unos días, el ayuntamiento encabezado por Tony Gali Fayad anunció que el puente 475 será demolido completamente y en su lugar se construirá un nuevo acceso a la zona comercial y habitacional más importante de Puebla, denominado Nodo Vial Atlixcáyotl.
Con una inversión de 362 millones de pesos, el distribuidor que sustituirá a la obra más significativa de la era Doger ampliará la capacidad de tráfico de mil 800 vehículos por hora a 3 mil 600 vehículos por hora y contemplará dos carriles en el acceso de la 25 sur, así como un puente atirantado y el rescate de las áreas verdes del entorno.
Según el alcalde Tony Gali, se espera que se inaugure en unos cinco meses, a partir del inicio de los trabajos a finales de este mes de septiembre.